En breve: Un satélite que pesa más que un automóvil grande se estrellará contra la Tierra mañana (miércoles 21 de febrero), casi 30 años después de su lanzamiento. Pero no te preocupes por ser golpeado por una parte: el satélite se romperá en fragmentos y las posibilidades de resultar herido por uno de ellos son inferiores a 1 entre 100 mil millones.
La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzado el satélite Europeo de Teledetección 2 (ERS-2) en un cohete Ariane 4 en abril de 1995. En 2011, después de 16 años de operaciones, la ESA decidió poner fin a las operaciones del ERS-2 y sacar de órbita el satélite. Después de 66 maniobras de desorbitación, que incluyeron drenar los tanques de propulsor y reducir su altitud de 785 km (488 millas) a 573 km (356 millas), la misión llegó oficialmente a su fin el 5 de septiembre de 2011.
Sacar de órbita los satélites al final de su vida útil ayuda a mantener despejadas las autopistas espaciales, evitando colisiones en órbita y reduciendo el riesgo de crear más desechos espaciales. En el caso de ERS-2, el proceso permitió que el satélite reingresara de manera segura a la atmósfera de la Tierra en algún momento dentro de los próximos 15 años.
Se cree que mañana es el día en que el satélite volverá a entrar en la atmósfera. Como se trata de un reingreso incontrolado, la ESA no sabe exactamente dónde aterrizará el ERS-2, lo que suena preocupante para un satélite que pesaba 5.547 libras en el despegue y todavía está 5.057 libras sin combustible.
La buena noticia es que ERS-2 se fragmentará a unos 80 kilómetros (49,7 millas) sobre la superficie de la Tierra y la gran mayoría se quemará en la atmósfera. Pero el tamaño del satélite significa que trozos que pesen hasta 115 libras podrían estrellarse contra la superficie.
Afortunadamente, el hecho de que el agua cubra aproximadamente el 70% de la superficie de nuestro planeta significa que lo que queda de ERS-2 probablemente aterrizará en el océano. La ESA dice que la probabilidad de 1 entre 100 mil millones de sufrir lesiones por la caída de desechos espaciales es 1,5 millones de veces menor que el riesgo de morir en un accidente en el hogar, o 65.000 veces menor que el riesgo de ser alcanzado por un rayo. La agencia añade además que las piezas no contienen sustancias tóxicas ni radiactivas.
La ESA predice que la reentrada tendrá lugar mañana a las 5:14 am CT (11:14 UTC), con una precisión de 15 horas.