Una base tan sólida dio como resultado que la primera Cobra fuera adoptada, adaptada y mejorada. Quizás la incorporación más importante a la familia fue el AH-1J o SeaCobra. Este modelo, adaptado para su uso por la Infantería de Marina, estaba equipado con dos Pratt & Whitney T400-CP, lo que aumentó aún más su velocidad hasta 207 mph.
El AH-1J contribuyó a operaciones de alto perfil a lo largo de la década de 1970, sacando a Estados Unidos de la Guerra de Vietnam y más allá. 1978 marcó la introducción del AH-1T, un modelo que estaba un paso más allá con motores y transmisión Modelo 309 mejorados. La idea parecía ser el AH-1 más potente y capaz hasta el momento, pero ocho años después llegaría algo aún mayor: el SuperCobra.
Este modelo, denominado AH-1W, entró en servicio por primera vez con la Infantería de Marina en 1986. Adoptó el concepto común de que dos motores son mejores que uno. En concreto, estaba equipado con dos motores General Electric T700-GE-401, lo que le daba una autonomía de poco menos de 300 millas y la potencia para alcanzar las 169 mph. Sin embargo, no hace falta decir que uno de los aspectos más importantes del desarrollo de la SuperCobra fue la ampliación de su arsenal de armas. Se amplió para incluir misiles Sidewinder y Hellfire, lo que le dio al helicóptero más opciones contra objetivos blindados más difíciles.