Betavolt New Energy Technology de China ha presentado una nueva batería nuclear modular que utiliza una combinación de un isótopo radiactivo de níquel-63 (⁶³Ni) y un semiconductor de diamante de cuarta generación y puede alimentar un dispositivo durante 50 años.
Las baterías nucleares pueden parecer algo súper avanzado, pero han existido de una forma u otra desde principios de los años cincuenta. La mayoría de ellos son los llamados generadores radiotérmicos, que convierten el calor de los elementos radiactivos en descomposición en electricidad mediante una especie de termopar o un motor Stirling.
En 2016, un nuevo principio que utiliza capas de diamante dopadas con isótopos radiactivos; en el primer intento, carbono-14 (¹⁴C). La idea es seleccionar un isótopo que libere partículas Beta (β⁻), que son esencialmente electrones o positrones de alta energía y velocidad. Cuando se liberan, la matriz de diamante actúa como semiconductor para generar una corriente eléctrica.
La nueva batería de Betavolt, llamada BV100, utiliza dos capas semiconductoras de diamante monocristalino con un espesor de 10 micrones, cada una intercalando una capa de 2 micrones de ⁶³Ni. Cada uno de estos sándwiches puede producir corriente, pero también se pueden apilar o vincular como las antiguas celdas voltaicas para formar cientos de módulos unitarios independientes que trabajan juntos para aumentar la corriente.
Todo está sellado en una funda protectora para proteger contra la exposición a la radiación y proteger la batería contra daños físicos. El BV100 puede producir 100 microvatios a 3 voltios y mide 15 x 15 x 5 mm. Beavolt estima que este tipo de baterías algún día podrían alimentar un teléfono móvil para que nunca necesite recargarse o mantener un pequeño dron en el aire indefinidamente.
Según la compañía, el BV100 se encuentra en producción piloto con miras a la producción en masa. Se espera una versión más grande de un vatio en 2025. La densidad de energía del BV100 es 10 veces mayor que la de las baterías de litio y no es propenso a incendios ni explosiones. Dado que genera electricidad en lugar de almacenarla en forma de reacciones químicas, no está sujeto a problemas de ciclo de recarga. El ⁶³Ni eventualmente se descompone en cobre no radiactivo, lo que representa un riesgo ambiental mínimo.
Fuente: Él estaba en