No espere a que terminen las estaciones para lavar su vehículo. A menos que estemos hablando de reinas del garaje que solo ven la luz en veranos calurosos, el lavado periódico es esencial para mantener el aspecto nuevo de su vehículo.
Además, el lavado o enjuague frecuente previene la oxidación y la corrosión durante los inviernos salados. Rociar regularmente el tren de aterrizaje con agua limpia cuando hace frío eliminará las sales corrosivas de la carretera que arruinan el chasis, la suspensión y los frenos de su automóvil.
Adquiera el hábito de lavar su vehículo al menos una vez a la semana, especialmente si estaciona en áreas abiertas. El mismo dicho se aplica a los coches más antiguos con una pintura de aspecto decente. Cuanto más laves, más fácil será eliminar imperfecciones como oxidación, rayones leves, manchas o marcas de remolinos.
Enjuague todo el vehículo con agua limpia antes de lavarlo con champú para auto. Lavar de arriba a abajo es una buena práctica para evitar que la pintura se raye o se arremoline. Comience a lavar el techo, el capó y el maletero antes de pasar a las ventanas, puertas, parachoques y guardabarros. Lave las ruedas y los neumáticos con un limpiador y una esponja aparte.