Desde el punto de vista financiero, al menos, 2023 fue un año fatídico para X, red social conocida anteriormente como Twitter. Los ingresos publicitarios de la ‘app’ sufrieron un descalabro importante, y el modelo de suscripción que intentó potenciar Elon Musk para aumentar los ingresos se quedó lejos, mucho, de poder ser considerado como un éxito. Y, al menos en este inicio de 2024, nada indica que la situación de la aplicación vaya a cambiar.
De acuerdo con el fondo de inversión Fidelity Investments, que llegó a invertir cerca de 300 millones de dólares en la compra X, el valor actual de la red social es un 71,5% inferior a los 44.000 millones de dólares que el magnate desembolsó para hacerse con el control de la red social, según recoge ‘Axios‘. Dicho de otro modo, el valor real de X en estos momentos está situado un poco por debajo de los 13.000 millones.
Esta no es la primera vez que Fidelity recorta su estimación en el valor de la vieja Twitter. El pasado mes de octubre apuntó que el precio real de la ‘app’ era un 65% inferior al total pagado por el empresario. Asimismo, ha ido reduciendo su participación en la aplicación en noviembre de 2022, apenas un mes después de que se cerrase Musk cerrase la adquisición de la aplicación.
El último recorte se produce apenas unas semanas después de que el empresario sudafricano, dueño de otras compañías como Tesla o Starlink, de que Musk afirmase, durante una entrevista dentro del marco de la cumbre DealBook del diario ‘The New York Times’, que los anunciantes que habían retirado su publicidad de X podían «irse a la mierda».
Recientemente, varias importantes firmas como Disney, IBM, Apple o Warner Bros decidieron pausar la promoción de sus productos en X. La gota que colmó el vaso en el caso de estas compañías, aparentemente, fue una publicación de Elon Musk en la que el empresario se mostraba a favor de una declaración de otro usuario en la que se afirmaba que las comunidades judías apoyan el «odio dialéctico contra los blancos».
Y no es la primera vez que el negocio de la red social se ve afectado por las declaraciones de su dueño. La mano blanda con la moderación de contenido y las vaivenes del magnate han provocado que la publicidad, que sigue siendo la principal fuente de ingresos para cualquier red social que se precie, haya caído en picado, y de forma sucesiva, a lo largo de todo el pasado año.
El propio empresario reconocía hace unos meses que los ingresos publicitarios totales de X en Estados Unidos habían sufrido una bajada de un 60% desde que tomó el control de la plataforma. De acuerdo con sus estimaciones, el valor real de esta se mueve en torno a los 20.000 millones de dólares.
A pesar de que Linda Yaccarino, CEO de X desde la pasada primavera, apuntó el pasado septiembre que espera que la aplicación comience a ser rentable en 2024, el objetivo se antoja bastante lejano. Y no solo por la caída del negocio publicitario de la aplicación. En diciembre, la Comisión Europea inició un procedimiento formal de infracción contra la red social y comenzó a investigar si esta podría haber incumplido la reciente Ley de Servicios Digitales. Infringir la normativa puede conllevar multas del 6% de la facturación global de X.
Además, la aplicación, ahora sí, cuenta con competencia real dentro del terreno de las redes sociales de micro mensajes. Desde hace unas semanas, Threads, la alternativa de Meta a X, está disponible en todo el mundo. Aunque por el momento carece de muchas de las funcionalidades que tiene la herramienta de Musk, es de esperar que vaya enriqueciéndose durante los próximos meses y, probablemente, sumando tiempo de uso e internautas.