Omega siguió el primer prototipo de Alaska con un segundo diseño el año siguiente, con la caja convencional Moonwatch de 42 mm. Conservó la caja exterior de aluminio roja de gran tamaño y la esfera blanca, mientras que en este modelo las cajas de acero fueron granalladas en lugar de pulidas para reducir los reflejos deslumbrantes. Las manecillas “cápsula” también se mantuvieron, pero en negro, y el bisel taquimétrico del clásico Speedmaster (más útil para rastrear la velocidad en una distancia conocida; relativamente imposible en el espacio) fue reemplazado por una escala de 60 minutos.
A pesar de su estilo más convencional y sus costos de producción más baratos, la NASA decidió no encargar el reloj y prefirió seguir con lo que sabía. Sin embargo, los relojes del Proyecto Alaska finalmente llegaron al espacio y fueron usados por los cosmonautas de la misión Soyuz 25 entre 1977 y 1981.
Una esfera blanca no adornaría otro Speedmaster Moonwatch hasta 1997, cuando se produjo una edición limitada conmemorativa para conmemorar el 40 aniversario del Speedmaster, y solo se vendió en Italia.
En 2008, se lanzó una edición limitada en homenaje al Proyecto Alaska, y desde entonces le han seguido otros, incluido el Snoopy plateado de 2015. En 2021, se lanzó un Speedy con esfera blanca en oro blanco Canopus, propiedad de Omega.
Pero este nuevo modelo en acero inoxidable (referencia 310.30.42.50.04.001) es la versión blanca más asequible hasta el momento. Hoy, Omega dice que la combinación de colores es un guiño a los trajes espaciales de los astronautas, y puede que lo sean, pero para los fanáticos de la marca siempre se relacionará con aquellas creaciones de la Guerra Fría.
Tan importantes fueron los relojes del Proyecto Alaska que también quedaron inmortalizados en LunaSwatch formará en 2022, como la Misión a Marte con carcasa de biocerámica roja.
Hay una serie de otros toques que consolidan el lugar de este nuevo Speedmaster como el sucesor espiritual de los relojes Alaska Project: el texto rojo de la esfera Speedmaster es un guiño sutil al diseño de ambos modelos Alaska; y la laca brillante utilizada para la esfera (otra pequeña novedad en el tipo Omega) recuerda a su manera a las capacidades altamente reflectantes de esos prototipos ultrasecretos.
Equipado con un cristal de zafiro, resistente al agua hasta 50 metros y mecanizado con tolerancias con las que los ingenieros de la década de 1960 sólo podían soñar, este es un Speedmaster completamente moderno, pero como todos los mejores Speedmaster, tiene una poderosa conexión con el pasado.