Si bien el Stryker es un vehículo probado con numerosos éxitos en múltiples escenarios de guerra, tiene algunas debilidades. Existe una desventaja cuando un vehículo blindado no está equipado con el blindaje más grueso posible. Esto permite maniobrabilidad al mismo tiempo que intercambia capacidad de supervivencia, razón por la cual nunca debes llevar un Stryker a una pelea de tanques: son superados en potencia de fuego y armadura, por lo que son susceptibles a todas las formas de armas de tanques.
Otro problema con el Stryker es común en los vehículos blindados: el riesgo de vuelco. Cuando un vehículo blindado vuelca, existen numerosos peligros para las personas que se encuentran dentro. Se convierten en objetivos indefendibles, pero más que eso, pueden recibir una paliza durante el vuelco y tener dificultades para salir del vehículo. Los Strykers tienen un centro de gravedad y una distancia al suelo elevados, por lo que pueden producirse vuelcos dentro y fuera de combate, dependiendo de las condiciones de conducción.
Muchos Stryker volcaron en Irak y Afganistán cuando los conductores intentaron evitar los artefactos explosivos improvisados. Dado que los artefactos explosivos improvisados pueden parecerse a casi cualquier cosa, los conductores desviarían el vehículo para evitar la basura al costado de la carretera, ya sea peligrosa o no. Dado que los artefactos explosivos improvisados eran el peligro más mortífero en Irak, éste era un problema común. Afortunadamente, la formación y la preparación adecuadas reducen el riesgo. Si bien el Stryker tiene algunos problemas, su versatilidad dentro y fuera del combate lo convierte en un vehículo eficaz que seguirá operativo en el inventario en el futuro previsible.