La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) de las Naciones Unidas y el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigación (UNITAR) han emitido una severa advertencia sobre el rápido crecimiento de los desechos electrónicos, que ha superado la rapidez con la que podemos reciclar y eliminar de forma segura los productos no deseados.
Según el 2024 Monitor mundial de residuos electrónicos (GEM), el mundo genera alrededor de 2,6 millones de toneladas métricas de desechos electrónicos anualmente, una cifra que se espera que se dispare a la asombrosa cifra de 82 millones de toneladas para 2030.
Lo que es más alarmante, los esfuerzos de reciclaje documentados solo representan una fracción del total de residuos producidos, y se estima que se crean cinco veces más residuos de los que se reciclan mediante procedimientos oficialmente reconocidos.
Nuestra generación de residuos electrónicos está a punto de explotar
La manipulación y el reciclaje de residuos electrónicos es una cuestión más compleja de lo que parece en un principio. Si bien existen beneficios ambientales, como la reducción de gases de efecto invernadero y la recuperación de materiales valiosos como oro, cobre y hierro, los procesos de extracción pueden resultar extremadamente costosos.
El informe de la ONU estima el costo económico neto anual de los desechos electrónicos en 37 mil millones de dólares, y se proyecta que los costos aumentarán a 40 mil millones de dólares para fines de la década si la industria no logra realizar mejoras sustanciales en la gestión y las políticas.
También existe una disparidad geográfica en lo que respecta a los desechos electrónicos, dice la ONU. Según las cifras, Europa lidera el camino con una tasa de reciclaje del 42,8%, una suma comparativamente positiva, pero que todavía deja mucho margen de mejora. Sin embargo, África está muy por detrás con una tasa de reciclaje de sólo el 0,7%.
Con un camino tan largo por recorrer, el informe pide medidas urgentes para mejorar los procesos y sistemas de reciclaje actuales a nivel mundial para abordar las crecientes tasas de desechos electrónicos, con la esperanza de que la industria pueda lograr algunos avances sustanciales en materia de sostenibilidad.