Para abordar la perspectiva de astronautas sedientos en Marte, la NASA está considerando una nueva propuesta. La agencia puede desarrollar un método de uso de biología sintética para eliminar percloratos tóxicos de los depósitos de hielo marcianos, haciendo así que el agua de esos depósitos sea apta para el consumo humano.
Si has leído suficiente ficción de aventuras ambientada en desiertos, tarde o temprano te encontrarás con el trillado punto de la trama donde nuestro héroe se encuentra con un pozo de agua solo para descubrir que está lleno de minerales venenosos. Una situación similar afrontarán los futuros astronautas en Marte. Sin embargo, será un problema común, no raro.
El culpable es una clase de compuestos llamados percloratos. Son moléculas que contienen el ion CLO₄. No son tan comunes en la Tierra porque el ambiente extremadamente volátil de nuestro planeta, abundante en agua y oxígeno, tiende a destruirlos. En Marte, el panorama es diferente. La falta de oxígeno y agua –combinada con el implacable bombardeo de la superficie con fuertes rayos ultravioleta y cósmicos durante cientos de millones de años– ha impregnado el suelo con percloratos, que también se han filtrado en los depósitos de hielo subterráneos.

NASA/Lynn Rothschild
Esta situación ya ha causado mucho dolor a la NASA y a otras agencias espaciales. Los percloratos son altamente corrosivos y su naturaleza volátil es tal que produjeron el infame resultado falso positivo en el experimento del módulo de aterrizaje Viking de la NASA para detectar vida. Al principio, se pensó que el repentino aumento de los gases liberados era resultado de los microbios marcianos. En cambio, fue solo la reacción química de la solución acuosa de nutrientes que entró en contacto con los percloratos en la muestra de suelo.
Para los astronautas, los percloratos son simplemente una mala noticia. Hacen que el agua del hielo marciano no sea potable y no sea apta para cultivos, o incluso para fabricar propulsores de cohetes. Es posible eliminar los percloratos mediante membranas de ósmosis inversa o intercambio aniónico, pero la mayoría de los métodos tienden a requerir una cantidad poco práctica de equipo, energía y agua para el pretratamiento.
El nuevo método propuesto a la NASA consiste en utilizar lo que se denomina un sistema regenerativo de reducción de perclorato. Este enfoque utiliza la biología sintética para crear bacterias genéticamente modificadas que son capaces de alimentarse de los percloratos y convertirlos en oxígeno y cloruro.
Las bacterias capaces de hacer esto no son nuevas. Ocurren naturalmente en la Tierra, pero no son adecuados para enviarlos a Marte, por lo que el equipo de investigación quiere tomar los genes clave que catalizan la reacción e introducirlos en Bacillus subtilis cepa 168, que está autorizada para vuelos espaciales, y controlar la reacción con un promotor activo.
Según el equipo, un método de este tipo no sólo sería escalable, sino que eliminaría directamente los percloratos en lugar de filtrarlos para su posterior eliminación.
Fuente: NASA