Fundada en 2015, Cake comenzó a operar en 2016, después de lo cual la empresa pasó dos años desarrollando su primer producto llamado Kalk. Este modelo, lanzado en 2018, ganó fama inmediata debido a su buena apariencia y configuraciones flexibles. Los aspectos más destacados del Kalk incluyeron su potente motor de 280 Nm, su autonomía de 53 millas (conducción urbana mixta) y un tiempo de carga de 0 a 100 de solo 3 horas.
Otros productos notables que salieron de las instalaciones de fabricación de Cake incluyeron los modelos Makka y Åik, enfocados en el transporte diario, el Ösa, enfocado en lo utilitario (que fue promocionado como un vehículo de reparto de dos ruedas enfocado en la ciudad), y el Bukk, que era el modelo de la compañía. La oferta más potente y novedosa, con una batería de 2,9 kWh y un motor de 456 Nm. Cake también incursionó con un modelo centrado en los niños llamado Trull, que fue diseñado para niños de seis años o más, tenía una velocidad máxima de 25 mph y pesaba solo 71 libras.
A pesar de su amplia gama de ofertas, la respuesta de los consumidores a los modelos de la compañía y a los vehículos eléctricos de dos ruedas, en general, ha sido tibia y, según se informa, Cake solo logró vender alrededor de 6.000 vehículos desde su inicio. Para poner estas cifras en perspectiva, el fabricante de vehículos eléctricos de dos ruedas más importante de la India, Ola Electric, vendió más de 30.000 unidades de su scooters serie S1 en diciembre de 2023.
La noticia de la quiebra de Cake arroja una sombra sobre la naciente industria de las motocicletas eléctricas, particularmente en Occidente. Mientras Asia avanza con una adopción generalizada, Occidente se enfrenta a desafíos como la ansiedad por el alcance, las preocupaciones sobre el rendimiento y los precios elevados. La desaparición de Cake, a pesar de sus diseños innovadores y su variada oferta, sirve como un claro recordatorio de estos obstáculos.