Worldcoin, la aventura empresarial puesta en marcha en 2019 por varios socios, entre ellos Sam Altman, con intención de aportar un enfoque diferente a un mercado tan complicado como lo es el de las criptodivisas, se encuentra actualmente en un estado que creo que se define perfectamente con una de mis frases favoritas de los informes meteorológicos: «nubes y claros, con chubascos ocasiones», es decir, que bien, regular y mal (y que cada uno atribuya estos estados a cada una de las posibilidades, según sus preferencias).
Tools for Humanity (este es el nombre de la empresa en cuyo seno se ha creado esta iniciativa), como prácticamente cualquier compañía del sector, Worldcoin también cuenta con su propio activo digital, del mismo nombre, que actualmente cotiza alrededor de los siete dólares. No ha alcanzado una gran relevancia pero sí que se ha beneficiado de la imagen pública de Sam Altman, que como bien sabes también es cofundador y CEO de OpenAI. Esto es algo común en este sector, en el que la relevancia pública de determinadas figuras suele ser un activo muy valioso a la hora de darle visibilidad a nuevos proyectos.
No es por su criptodivisa, sin embargo, por lo que Tools for Humanity y Worldcoin han ganado tanta relevancia estos últimos tiempos. La razón de esta enorme popularidad la encontramos en World ID, un ambicioso y polémico plan con el que la compañía pretende crear un nuevo sistema de identificación global, como respuesta a los problemas de seguridad de los sistemas de autenticación empleados en la actualidad. Entre sus planes, para sus usuarios, también se encuentra el de la creación de una especie de renta básica universal basada en su criptodivisa y, en el epicentro de todo esto, la empresa pide a los usuarios que escaneen su iris, para emplearlo como identificador único, algo por lo que los usuarios son remunerados.
Cualquier persona con un poco de preocupación por la privacidad habrá sentido un escalofrío al leer este último punto, es decir, el de la entrega de un identificador biométrico a una tecnológica, especialmente porque además Worldcoin no es suficientemente clara a la hora de explicar qué está haciendo con dichos activos y cómo los está gestionando. Y el regulador español ha decidido poner cartas en el asunto pues, como leemos en el comunicado oficial, la AEPD ha ordenado una medida cautelar que impide a Worldcoin seguir tratando datos personales en España.
La Agencia Española de Protección de Datos afirma haber recibido varias reclamaciones, entre las que se incluyen la ya citada falta de transparencia, la imposibilidad de revocar el consentimiento para el uso de los activos y la captación de datos de menores de edad. En consecuencia, se ha exigido a Worldcoin que cese tanto en la recogida como en el tratamiento de dichos datos, y también el bloqueo de aquellos ya existentes de manera previa. La medida, que es de tipo cautelar y urgente, concede un plazo de 72 horas.
Esta medida tiene, eso sí, un plazo temporal bastante limitado, de tres meses desde su aplicación, si bien es cierto que la agencia considera que este debe ser solo el primer paso de una acción coordinada por parte de todos los estados integrantes de la Unión Europea, incluyendo Alemania que es el país en el que se encuentra la sede europea de Tools for Humanity, una llamada que parece bastante probable que sea atendida por los reguladores estatales y comunitarios.
