Las etiquetas tradicionales de identificación por radiofrecuencia (RFID), comúnmente utilizadas para la autenticación de productos, tienen varias limitaciones, entre ellas el tamaño, el costo, los requisitos de energía y las vulnerabilidades de seguridad.
Investigadores del MIT han desarrollado una revolucionaria etiqueta de identificación criptográfica que supera estos obstáculos y podría ayudar a combatir el problema de miles de millones de dólares de la falsificación en la cadena de suministro.
Esta minúscula etiqueta sin batería, denominada «etiqueta de todo», puede autenticar casi cualquier producto, lo que la convierte en una poderosa herramienta contra piezas de imitación y productos fraudulentos.
Inspirado en un lavado de autos
El innovador diseño de la etiqueta se inspiró en parte en un lavado de autos. Los investigadores notaron cómo el lavado de autos usaba una frágil etiqueta RFID para autenticar la membresía, que sería destruida si se manipulara. Llevaron este concepto más allá y se centraron en autenticar el artículo en sí en lugar de la etiqueta.
El equipo logró esto mezclando partículas metálicas microscópicas con el pegamento que une la etiqueta al producto. Estas partículas crean un patrón único en la superficie del objeto, similar a una huella digital, que puede detectarse mediante ondas de terahercios. Si un falsificador intenta quitar y volver a colocar la etiqueta, el patrón se destruye, lo que hace que la etiqueta sea prácticamente imposible de piratear.
Esta innovadora tecnología también incorpora un modelo de aprendizaje automático que puede identificar huellas dactilares de patrones de pegamento similares con más del 99 % de precisión, lo que mejora aún más sus capacidades antifalsificación.
Es lo suficientemente pequeño como para caber en casi cualquier producto, desde componentes industriales hasta dispositivos médicos, y funciona con bajos niveles de energía suministrados por diodos fotovoltaicos. Fundamentalmente, ofrece sólidas medidas de seguridad, incluido un popular esquema de criptografía que garantiza comunicaciones seguras.
Sin embargo, existen limitaciones. El sensor de la etiqueta debe estar a menos de 4 cm para obtener una lectura precisa y el ángulo entre el sensor y la etiqueta debe ser inferior a 10 grados. Sin embargo, los investigadores se muestran optimistas acerca de superar estos desafíos en trabajos futuros.
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