Además, MBSE puede facilitar la rápida integración de nuevas tecnologías en la infraestructura, como dispositivos y sensores de IoT, vehículos autónomos y servicios impulsados por IA. Un enfoque basado en MBSE puede ayudar a que la infraestructura sea más receptiva y adaptable a las necesidades cambiantes de los electores. La Marina de los EE. UU. está utilizando MBSE junto con inteligencia de amenazas integrada y datos de vulnerabilidad del sistema y modelado de subprocesos operativos para ayudar a mantener los barcos preparados para la misión frente a un ciberataque. Las capacidades predictivas de los gemelos digitales también pueden optimizar el uso de energía, el monitoreo del tráfico y la gestión de residuos, y las estrategias de respuesta a emergencias. Las simulaciones de tecnología urbana pueden permitir una planificación proactiva para mitigar los ciberataques, los desastres naturales y las principales fallas de los sistemas.
Defensa basada en la nube para ciberseguridad actualizada y disponibilidad de recursos
La Marina lleva varios años impulsando a toda la organización para trasladar la informática a la nube. Están motivados, en parte, por las ventajas de ciberseguridad de la nube y la rápida implementación de recursos adicionales cuando es necesario, la coherencia entre activos ampliamente dispersos y la capacidad de implementar rápidamente las últimas protecciones y correcciones en todos sus activos.
El marco de computación en la nube de la Marina permite la asignación dinámica de recursos para satisfacer diversas demandas. Cuando se enfrenta a un ataque de denegación de servicio (DoS), la Marina puede ampliar instantáneamente los recursos computacionales sin expansión de hardware o mover de forma transparente los recursos informáticos a un centro de datos en la nube en una región geográfica diferente. Esta elasticidad es crucial para mantener el ritmo operativo, maximizar la disponibilidad y garantizar que las misiones no se vean frustradas.
Además, con activos y personal generalizados, un entorno informático unificado ayuda a garantizar que todas las unidades puedan acceder a la misma información y herramientas. La computación en la nube facilita esto a través de depósitos centralizados de datos y aplicaciones a los que se puede acceder de forma segura desde cualquier lugar. Esta coherencia asegura la coordinación de las acciones. Los edificios inteligentes tienen una necesidad paralela, ya que coordinan las defensas con las de los sistemas de los inquilinos y los proveedores de servicios externos.
La nube también ayuda a mantener la ciberseguridad de la Marina al garantizar que las actualizaciones, parches y nuevos protocolos de seguridad se puedan implementar de manera rápida y uniforme en toda la red. Esto garantiza que todos los componentes de la infraestructura digital estén protegidos contra las últimas amenazas, lo que reduce las vulnerabilidades y mejora la postura general de seguridad. También se implementan ciclos de actualización para abordar más rápidamente la obsolescencia, incorporar nuevas capacidades a la infraestructura y adaptarse a las nuevas amenazas a medida que surgen.
Para las ciudades inteligentes, la nube puede integrar pantallas y sensores para permitir que los sistemas de gestión y recopilación de datos manejen la entrada de grandes volúmenes de datos, reaccionen en tiempo real a las condiciones cambiantes y garanticen la seguridad de los activos físicos y digitales. En el caso de las redes eléctricas, las soluciones basadas en la nube pueden ayudar a equilibrar las cargas, predecir aumentos repentinos de la demanda, gestionar los cortes de energía de manera más eficiente y proteger contra las amenazas cibernéticas.