La historia del Volkswagen Beetle comenzó siendo oscura. La empresa fue defendida por el líder nazi Adolf Hitler, que quería un «coche del pueblo» que todos los alemanes condujeran. Incluso estableció un programa de arrendamiento para la primera producción del Tipo 1. Sin embargo, cuando estalló la guerra, la producción pasó a los vehículos militares. Tras la victoria aliada y el fin de la guerra, el fabricante de automóviles aterrizó en manos del oficial del ejército británico Ivan Hirst, quien pensó que el Tipo 1 tenía potencial. Así comenzó la empresa Volkswagen tal y como la conocemos. Las operaciones finalmente terminaron bajo el control del ingeniero alemán Heinrich Nordhoff, y el Tipo 1 aumentó la producción, ahora conocido como Beetle.
Los primeros Beetles fueron entregados a los oficiales británicos de ocupación en los primeros días de la transición de posguerra de Volkswagen, pero pronto ingresó al mercado estadounidense, donde compitió principalmente contra Ford. En el momento, Business Insider Según notas, los automóviles estadounidenses tendían a ser grandes y grandiosos, con diseños largos en forma de barco y aletas cromadas. El Volkswagen estaba bien construido y podía realizar viajes de larga distancia, únicos en el continente americano.
Los anuncios icónicos de Bill Bernbach convirtieron lo poco convencional del Beetle en un golpe de marketing y las ventas comenzaron a aumentar. El coche atraía especialmente a los iconoclastas, por lo que llegó a ser sinónimo de hippies junto con otro modelo de VW, la furgoneta Tipo 2. Hoy en día, los automóviles estadounidenses tienden a ser grandes, con enormes camionetas y SUV dominando el mercado. El Beetle dejó de fabricarse en 2019, pero su impacto permanece en la cultura estadounidense.