Una regla general es que los frenos deben reemplazarse en los automóviles urbanos aproximadamente cada 40 000 millas. Además, los automóviles que pasan la mayor parte del tiempo en la carretera deberían reemplazarse cada 60.000 a 80.000 millas. Sin embargo, una vez más, esto es sólo una regla general. Los distintos tipos de pastillas de freno duran diferentes cantidades de tiempo y reemplazarlas prematuramente es una pérdida de dinero. Entonces, ¿dónde aterrizamos?
Primero, identifique los tipos de pastillas de freno que hay en su vehículo. Si no es el propietario original o no ha reemplazado las pastillas antes, esta puede ser una tarea extremadamente difícil. Si no está seguro, un mecánico debería poder decirle cuál es el material de sus pastillas; solo esté atento a aquellos que pueden cobrarte de más.
Hay tres tipos principales de materiales para pastillas de freno. Los materiales orgánicos para las almohadillas son generalmente los más baratos y están hechos de compuestos no metálicos. Por lo general, son silenciosos. Sin embargo, se desgastan mucho más rápido que las pastillas metálicas o semimetálicas. Por otro lado, las almohadillas metálicas o semimetálicas son más duraderas y duran más, pero pueden ser más ruidosas que las almohadillas orgánicas y pueden dañar los rotores. Finalmente, las pastillas de cerámica duran más y ofrecen un poder de frenado superior. Sin embargo, la desventaja de las almohadillas cerámicas es que son bastante caras. Si busca rendimiento, las almohadillas cerámicas son su mejor opción.