Antes de pasar a las correcciones del sistema, es fundamental descartar posibles problemas de hardware. Ningún cambio de software solucionará un problema con su máquina física.
Primero, verifique las conexiones físicas de su mouse. Una conexión suelta o defectuosa puede provocar la desaparición intermitente del cursor. Asegúrese de que el mouse esté firmemente conectado al puerto apropiado. Si está utilizando un mouse inalámbrico, asegúrese de que las baterías no estén bajas y que el mouse esté conectado correctamente a la computadora a través de Bluetooth.
A continuación, intente utilizar un mouse diferente o conectar su mouse actual a otra computadora. Esta sencilla prueba puede ayudar a determinar si el problema está en el ratón o en la computadora. Si el mouse funciona bien en otra computadora, entonces es probable que el problema esté en su sistema.
También recomendamos solucionar cualquier problema físico que pueda estar impidiendo el funcionamiento del ratón dándole a tu mouse una limpieza profunda. Utilice un paño suave y sin pelusa con un poco de alcohol isopropílico para limpiar el sensor del mouse y la superficie sobre la que lo está moviendo, limpiando suavemente. Deje que el mouse se seque por completo antes de volver a conectarlo a su computadora y usarlo nuevamente.
Si el problema persiste, es hora de pasar a las correcciones de software.