El MiG-25 Foxbat es uno de los cazas más rápidos desarrollados durante la Guerra Fría. El avión podía alcanzar velocidades de Mach 2,83 (2171 mph) y era motivo de considerable preocupación para Occidente. El avión siguió siendo un enigma durante años después de su introducción en 1970, y gran parte de la preocupación se centró en su increíble velocidad. Los prototipos observados del MiG-25 podían ascender a 98.425 pies en cuatro minutos y alcanzar un techo de altitud de 123.520 pies, lo que lo hacía algo comparable al SR-71 Blackbird.
Esto asustó a la gente en Occidente., y si bien el MiG-25 era un avión superior, fue necesaria una deserción para calmar los temores de la mayoría de la gente. En 1976, un piloto soviético llamado Viktor Belenko desertó de la URSS y aterrizó su MiG-25 en Japón. En ese momento, George HW Bush trabajaba como director de la Inteligencia Central y declaró que la deserción era una oportunidad que presentaba una «bonanza de inteligencia» relacionada con las capacidades del avión, según Tiempo.
Después de examinar el avión, los ingenieros occidentales comprendieron sus capacidades más allá de las predicciones anteriores. Si bien el MiG-25 demostró ser un caza capaz, Belenko llegó sin misiles, que era lo que Occidente quería examinar. En última instancia, la deserción proporcionó parte, pero no toda, información sobre el MiG-25. Aún así, sigue siendo el segundo avión tripulado producido en serie más rápido después del SR-71, por lo que fue una hazaña importante de la ingeniería aeroespacial.