De manera similar a las controversias de la década de 1970 en torno a la tecnología del ADN, las capacidades de reconocimiento facial actuales suelen estar limitadas por conceptos erróneos. Aun así, la precisión de la tecnología moderna continúa avanzando a medida que configura el futuro de la seguridad cotidiana.
“Hay muchos malentendidos sobre lo que hace y lo que no hace”, dijo Melissa Conley. SEÑAL Medios de comunicación en una entrevista. Conley es el director ejecutivo de gestión de capacidades e innovación en la Agencia de Seguridad del Transporte (TSA).
Habiendo trabajado en la TSA durante más de 20 años, Conley identificó la desinformación como el mayor desafío en la implementación de la tecnología de reconocimiento facial (FRT).
El volumen de viajes aumenta constantemente y en junio se registró un récord de 2,99 millones de pasajeros en un día. Por lo tanto, la eficiencia es más importante que nunca.
“Si miramos hacia atrás, hace cinco o diez años, hacíamos la verificación de identidad de forma manual con luces y bucles”, compartió Conley. “Al incorporar la tecnología de autenticación de credenciales, se automatiza la autenticación de documentos como la licencia de conducir o el pasaporte.
La tecnología de autenticación de credenciales ayuda a los oficiales a verificar la información y al mismo tiempo brinda a los agentes acceso en tiempo real a los datos de vuelos seguros de la TSA, que brindan datos sobre el estado de riesgo de todos los pasajeros entrantes.
En el caso específico de FRT, la privacidad ha estado presente desde el primer día, informó Conley.
“Cuando estábamos diseñando y pensando en implementar FRT, para nosotros era importante asegurarnos de ser transparentes en todo lo que hacíamos y de cumplir con todas las pautas de privacidad”, afirmó.
Cabe destacar que FRT sigue siendo opcional en los aeropuertos de EE. UU., lo que significa que todos los viajeros tienen la oportunidad de optar por no utilizar la tecnología.
“Realizamos muchas pruebas”, continuó Conley, enfatizando la crucial colaboración interinstitucional para la implementación de nuevas tecnologías.
Socios como la Dirección de Ciencia y Tecnología del Departamento de Seguridad Nacional y el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) ayudan a la agencia con las pruebas.
Por ejemplo, Conley mencionó que el NIST había publicado una lista de los mejores comparadores biométricos, lo que ayudó a la TSA en la toma de decisiones. NEC Global e IDEMIA fueron las dos empresas mencionadas.
“Nos aseguramos de tener una buena captura de cámara para obtener una buena calidad que coincida [the ID]», dijo. «Y nos aseguramos de que no haya sesgo en toda nuestra configuración».