La armadura del Churchill mejoró su longevidad pero disminuyó su velocidad con el tiempo. Esto parece una progresión lógica, pero hay algo sorprendente en su movilidad: era casi inigualable a la hora de cruzar terrenos difíciles. Esto resultó ser clave en el combate en África. Podía hacer ciertas cosas que sus competidores del Eje e incluso sus homólogos aliados no podían hacer (el arma principal de los tanques Sherman estadounidenses, por ejemplo, luchaba por atravesar blindaje pesado).
Como modelo pesado que conservaba una movilidad decente, jugó un papel clave en la guerra. Como demostraron las constantes iteraciones del modelo original, se trataba de un diseño adaptable. Se equiparon variantes para limpiar zonas minadas, por ejemplo, y quizás la más interesante fue el Churchill Crocodile, del que se fabricaron 800 a partir de 1943. Este modelo estaba equipado con un lanzallamas que podía alcanzar aproximadamente 120 metros.
El Churchill, como muchos tanques de su época, fue diseñado para satisfacer una determinada necesidad y evolucionó a medida que lo hacía esa misma necesidad. Se desarrollaron alrededor de 5.640 vehículos de la familia Churchill, lo que sugiere que, a pesar de todos sus altibajos, fue increíblemente útil.