Un motor de combustión tradicional utiliza gasolina combustible. procesado a partir de petróleo crudo para activar una bujía dentro de los pistones del motor. Esto, a su vez, bombea los pistones y genera energía, que impulsa su automóvil. Obviamente, el agua no es combustible; en todo caso, es exactamente lo opuesto a combustible. Entonces, ¿cómo se podría utilizar el agua para impulsar un medio de propulsión?
en un trabajo de investigación Escrito por científicos de la NASA en 1997, se esbozó un concepto para el movimiento impulsado por agua llamado propulsión por electrólisis. Básicamente, se pasa una corriente eléctrica a través de una fuente de agua para separarla en las moléculas que la componen, que luego se utilizan como propulsores. Si bien el agua podría considerarse la antítesis de la propulsión motorizada, la sustancia real contiene dos de las cosas más importantes que podrías necesitar para generar energía: moléculas de hidrógeno y oxígeno. El combustible de hidrógeno es uno de los más potentes que existen y el oxígeno ayuda a alimentar el calor. Si procesaras agua para convertirla en una corriente sobrecalentada, podrías crear una fuerza propulsora sin todos los humos peligrosos que provienen de los combustibles fósiles.
Si bien este concepto se ha entendido durante siglos gracias a los trabajos de investigadores como Michael Faraday, este artículo fue la primera vez que se postuló que podría usarse en la propulsión de equipos espaciales como naves espaciales y satélites. En los años 90 la ciencia todavía estaba en la etapa teórica, pero unos años más tarde, se hizo un verdadero esfuerzo para realizar la propulsión por electrólisis.