El concepto básico detrás de los aviones de rotor basculante es bastante ingenioso en su simplicidad. En lugar de un solo rotor estacionario, como se vería en un helicóptero típico, los rotores basculantes utilizan un par de rotores montados en ambos lados del vehículo, ambos colocados en una junta giratoria. Mientras está en el suelo y despega, los rotores se colocan verticalmente para generar la elevación ascendente necesaria.
Una vez que el vehículo está seguro en el cielo y avanza, los rotores giran hacia su configuración horizontal, cambiando de elevación vertical a torsión horizontal. En otras palabras, los rotores se inclinan: todo está ahí, en el nombre. Piense en ello como un helicóptero que se transforma en un biplano, cambiando su generación de energía de empujarlo del suelo a impulsarlo hacia adelante.
Al ajustar cuidadosamente los rotores basculantes, los operadores de este tipo de vehículos podrían utilizarlo para todo tipo de propósitos prácticos, incluido el transporte de carga, búsqueda y rescate y transporte de tropas. Ésa es una de las razones por las que resulta tan atractivo para las organizaciones militares: si todos los aviones pudieran aterrizar sin utilizar una pista, se aumentarían enormemente las posibilidades operativas y se ahorraría espacio.