El pasado 8 de enero AMD presentó la Radeon RX 7600 XT, una tarjeta gráfica de gama media que, como os contamos en su momento, supone una evolución menor de la Radeon RX 7600. Las dos utilizan el mismo núcleo gráfico y tienen, por tanto, la misma cantidad de shaders. También soportan las mismas tecnologías, pero la primera es más potente y tiene la ventaja de contar con una mayor cantidad de memoria gráfica.
Si miramos los valores de potencia bruta nos encontramos con que la Radeon RX 7600 XT alcanza los 22,6 TFLOPs, un valor que tiene en cuenta la capacidad de doble emisión de sus shaders, mientras que la Radeon RX 7600 queda en 21,5 TFLOPs. La diferencia es de 1,1 TFLOP, pero los resultados en pruebas reales pueden variar mucho en función de la configuración y de la exigencia de cada título en lo que a memoria gráfica se refiere.
Cuando nos encontramos con configuraciones en las que tener 8 GB de memoria gráfica no es suficiente los 16 GB de la Radeon RX 7600 XT pueden mejorar mucho el rendimiento en general. Gracias a esto, y al aumento de frecuencias que ha introducido AMD, esta tarjeta gráfica debería superar el rendimiento de la GeForce RTX 4060 en rasterización, pero seguirá perdiendo cuando se activa el trazado de rayos, porque la solución de NVIDIA utiliza núcleos RT mucho más avanzados.
Necesitas una fuente de alimentación de 500 vatios para mover la Radeon RX 7600 XT
En la web oficial de AMD se lista como recomendada una fuente de 600 vatios, pero en realidad no necesitamos un modelo tan potente para poder montar esta tarjeta gráfica. Tened en cuenta que la Radeon RX 7600 XT tiene un TBP máximo de 190 vatios, lo que significa que su consumo real rondará precisamente los 190 vatios.
Dicha tarjeta gráfica posiciona en la gama media, así que lo más normal es que esté acompañada de componentes acordes a dicha gama, cuyo consumo suele ser muy contenido, y para ilustrarlo os voy a poner un ejemplo concreto. Un PC configurado con un un Ryzen 5 5600X, 32 GB de DDR5 (dos módulos), un SSD PCIe, cuatro ventiladores y una refrigeración líquida de 240 mm tendrá un consumo medio en carga de entre 330 y 350 vatios.
Si montamos una fuente de alimentación de 500 vatios tendremos margen más que de sobra para disfrutar sin problemas de esa configuración. Obvia decir que el consumo puede dispararse si montamos un procesador de gama alta, y que en ese caso sí que tendría sentido utilizar una fuente de alimentación más potente. Os pongo otro ejemplo, la misma configuración anterior pero con un Intel Core i9-13900K dispararía el consumo medio hasta los 550 vatios, y en ese caso sí que sería necesaria una fuente de al menos 600 vatios.
AMD ha confirmado que la Radeon RX 7600 XT utilizará dos conectores de alimentación de 8 pines, así que la fuente de alimentación que compremos deberá contar también con este cableado. La verdad es que no entiendo muy bien esta decisión por parte de AMD, ya que un conector de 8 pines puede suministrar 150 vatios y la tarjeta gráfica puede sacar hasta 75 vatios de la ranura PCIe, lo que nos deja una alimentación total de 225 vatios con esa configuración.
Procesador ideal para acompañar a la Radeon RX 7600 XT y espacio en chasis
Estamos ante una tarjeta gráfica que no representa un salto importante frente a la Radeon RX 7600, y por tanto a partir de un Ryzen 5 5600 o de un Intel Core i5-11400F podremos ya disfrutaremos de un rendimiento óptimo sin ningún tipo de cuello de botella. No necesitaremos un procesador muy potente para sacarle partido.
Por lo que respecta al tamaño, la Radeon RX 7600 XT de referencia tiene una longitud de 24,1 cm y ocupa dos ranuras de expansión, lo que significa que no es especialmente grande y que entrará sin problemas en casi cualquier chasis, con la única excepción de casos muy concretos en los que el espacio interno esté muy limitado.
Antes de terminar es importante que tengáis en cuenta otra cosa, y es que la Radeon RX 7600 XT utiliza la interfaz PCIe Gen4 x8. Si la montamos en un equipo limitado a PCIe Gen3 esta funcionará bajo dicho estándar en modo 8x, algo que podría afectar negativamente al rendimiento, sobre todo en juegos que consuman mucha memoria gráfica.
Con todo, como estamos ante un modelo con 16 GB de memoria gráfica estoy convencido de que el impacto en ese caso será bastante pequeño, ya que al contar con tanta memoria gráfica esta no llegará a saturarse en la mayoría de los casos, y por tanto no tendrán que realizarse ciclos de vaciado y llenado con frecuencia, que es lo que produce esa pérdida de rendimiento.
