Las SSD Gen5, las unidades de estado sólido conectadas a la interfaz PCI-Express 5.0, son la última generación de unos componentes que acaparan el almacenamiento interno de nuestros ordenadores personales. Pero, ¿merece la pena el salto desde las Gen4?
SSD tiene ventajas enormes frente a los discos duros, en cualquier apartado excepto en el del precio por GB. El almacenamiento sólido muestra su potencial especialmente en rendimiento, con tiempos de arranque del sistema operativo o el de apertura de las aplicaciones, en las recuperaciones desde los modos de suspensión o en la transferencia de archivos, muy superiores. Y ello es así incluso desde las unidades conectadas a puertos SATA. Sin embargo, donde de verdad se nota ese aumento de rendimiento es usando unidades M.2 conectadas a la interfaz PCIe.
SSD Gen5, no tan rentables para juegos
Las SSD PCIe 5.0 son la última generación y las más rápidas, con transferencia de datos de hasta 14 Gbytes por segundo en lecturas y escrituras secuenciales. Obviamente, necesitan placas base que las soporten y son generalmente bastante más caras que las Gen4. Además, tienen el problema de las altas temperaturas que alcanzan y la necesidad de refrigeración activa. En resumen, son las más rápidas, pero hay que ver su rentabilidad según el tipo de uso.
La ejecución de videojuegos en PC, si queremos alcanzar el mejor nivel de calidad de imagen y FPS, exige los mejores componentes. Pero en el caso de las SSD Gen5 no aportan el impacto frente a las Gen4 que sí pueden notarse con otros usos profesionales, según algunas pruebas llevadas a cabo con juegos.
Las SSD Gen5 no mostraron mejoras apreciables en los tiempos de carga frente a las generaciones anteriores. Además, los juegos no usan la mayor velocidad de la lectura/escritura secuencial y dependen más de los valores aleatorios. Ello explicaría las mejores insignificantes de milisegundos entre las Gen 5 y sus predecesoras.
Fabricantes como Intel explicaron que las capacidades de las Gen5 todavía estaban infrautilizadas y en realidad podrían otorgar beneficios de velocidad en los juegos, es decir, tiempos de carga, diseño de niveles, transmisión de activos y fotogramas por segundo, pero que el software diseñado para aprovechar ese ancho de banda, la API DirectStorage de Microsoft, no ha sido ampliamente adoptada por los desarrolladores. En resumen: para juegos y con carácter general, sigue con las SSD Gen4, más compatibles y económicas.
