Mirando hacia adelante: Los guantes y la retroalimentación háptica se han probado repetidamente como métodos de entrada digital a lo largo de décadas, pero la tecnología aún no ha recibido una amplia aceptación. Un nuevo proyecto del MIT que utiliza el aprendizaje automático podría hacer que la retroalimentación háptica portátil sea más precisa e impactante para diversas aplicaciones.
Investigadores del MIT han desarrollado Guantes inteligentes que pueden grabar, transmitir y ofrecer retroalimentación háptica personalizada. La tecnología podría mejorar la inmersión en la realidad aumentada o mejorar las experiencias de aprendizaje físico.
Los investigadores utilizan una máquina de bordar digital para tejer en textiles el tipo de actuadores hápticos utilizados en los teléfonos inteligentes. La iteración actual reproduce sensaciones que pueden imitar la sensación de agarrar un objeto o presionar un botón.
Al registrar sensaciones y transferirlas entre usuarios, los guantes podrían introducir nuevos métodos de enseñanza. Por ejemplo, un profesor de piano probó la tecnología grabando una melodía mediante la sensación de presionar la secuencia de teclas. Los estudiantes que usan guantes inteligentes pueden sentir la misma sensación al pasar el cursor sobre las teclas correctas, agregando un elemento físico a la instrucción transmitida digitalmente para simular el entrenamiento práctico.
Los cirujanos, bomberos y pilotos también podrían utilizar los guantes para entrenar. Además, podrían ayudar a los humanos a enseñar a los robots o controlarlos directamente con mayor precisión. Con retroalimentación háptica, los investigadores instruyeron a un robot sobre la cantidad exacta de presión que debía aplicar al agarrar objetos delicados.
Además, un paso de aprendizaje automático personaliza los guantes y la retroalimentación háptica para usuarios individuales en función de sus reacciones y medidas de sus manos. El proceso de personalización solo toma 15 segundos y hacer un par de guantes para un nuevo usuario toma alrededor de 10 minutos. Este aspecto de la tecnología es necesario porque cada uno percibe la retroalimentación táctil de manera diferente.
Los experimentos también incluyeron videojuegos personalizados para utilizar la retroalimentación háptica en tareas como conducir y seguir un ritmo. Los jugadores que utilizaron retroalimentación optimizada obtuvieron mejores resultados que aquellos con háptica no optimizada, lo que indica que la sensación personalizada permite una recepción táctil más precisa.
Un mayor desarrollo podría aumentar la precisión y hacer que la tecnología sea aplicable a más tareas. Unos hápticos más potentes podrían hacer viables los textiles inteligentes para otras partes del cuerpo que son menos sensibles que las manos. Una inteligencia artificial más compleja podría ayudar a simular tareas más complejas como moldear arcilla o volar un avión. Los datos adicionales del usuario podrían conducir a guantes que se ajusten mejor y a una simulación táctil más precisa.
Los investigadores han hecho el código de entrenamiento y datos experimentales a disposición del público para los interesados.