Un sistema desarrollado recientemente podría revolucionar el mundo de la impresión 3D al agilizar la adopción de nuevos medios de impresión. Dichos materiales podrían incluir aquellos elaborados con ingredientes totalmente renovables o que sean más reciclables que las opciones actuales.
La mayoría de las impresoras 3D utilizan un proceso conocido como fabricación con filamento fundido (FFF). Esto implica calentar un filamento de polímero hasta su punto de fusión y luego extruirlo a través de una boquilla. Las sucesivas capas del material fundido se depositan una encima de otra, formando un único objeto sólido a medida que se enfrían y se fusionan.
no es del todo eso simple, sin embargo.
Dependiendo de la formulación del polímero, el filamento deberá calentarse a una temperatura específica, colocarse bajo una cierta presión y extruirse a una velocidad determinada.
Con estas y otras variables en mente, los desarrolladores normalmente tienen que determinar hasta 100 parámetros que deben seguir los impresores que utilizan el material. Luego, todos estos datos deben ingresarse en el software utilizado para controlar esos dispositivos. Porque hacerlo manualmente es Ante tal molestia, la mayoría de las empresas simplemente se apegan a los medios probados y verdaderos en lugar de experimentar con alternativas.
En un esfuerzo por abordar esa situación, científicos del MIT, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EE. UU. y el Centro Nacional de Investigación Científica de Grecia desarrollaron el nuevo sistema.
Utiliza una impresora 3D especial con una extrusora que está equipada con un sensor de temperatura, una celda de carga que mide la presión y un sensor de velocidad de alimentación.
En una prueba de 20 minutos, la boquilla de impresión del extrusor se ajusta inicialmente a su temperatura más alta, y el material se extruye a través de ella a un caudal determinado. Luego se apaga el calentador y el material continúa extruyéndose a distintas presiones y temperaturas a medida que la boquilla se enfría.
Este proceso se repite a diferentes caudales, dentro del período de 20 minutos. Al final de la prueba, el software del sistema puede indicar cómo el material se ve afectado por temperaturas, presiones y caudales específicos. Luego, esa información se puede agregar a los archivos utilizados por las impresoras 3D FFF normales mientras imprimen objetos a partir del nuevo material.
La tecnología ya se ha probado con éxito en seis medios impresos diferentes y se describe en un artículo publicado recientemente en la revista Integración de materiales e innovación en fabricación.
«En este artículo, demostramos un método que puede tomar todos estos materiales interesantes de base biológica y fabricados a partir de diversas fuentes sostenibles y mostrar que la impresora puede descubrir por sí misma cómo imprimir esos materiales», dice el autor principal, del MIT. Prof. Neil Gershenfeld. «El objetivo es hacer que la impresión 3D sea más sostenible».
Fuente: CON