En las décadas de 1970 y 1980, millones de edificios de madera (tanto nuevos como antiguos) fueron tratados con conservantes que luego se descubrió que eran neurotóxicos y cancerígenos. Un proceso especial ahora puede neutralizar esos químicos en los edificios existentes, evitando que las estructuras sean destruidas.
Los dos conservantes, lindano y pentaclorofenol (PCP), se utilizaron para proteger contra hongos e insectos carnívoros. Aunque estos productos químicos están ahora ampliamente prohibidos, la madera que ya ha sido tratada con ellos sigue emitiendo humos tóxicos que suponen un riesgo para la salud de las personas que se encuentran en los edificios afectados.
Las posibles soluciones a este problema incluyen cubrir la madera con aislamiento o arrancarla y desecharla como residuo tóxico. Ambos enfoques son potencialmente costosos y requieren mucho tiempo, además arruinan la estética de los edificios patrimoniales con elementos de madera expuestos.
Buscando una alternativa más sencilla, los científicos del Instituto Fraunhofer de Física de la Construcción de Alemania han desarrollado lo que se conoce como el proceso CycloPlasma.
En el primer paso de la técnica, se aplica sobre la madera un gel que contiene sustancias químicas no tóxicas llamadas ciclodextrinas como si fuera un barniz. Si bien el gel no afecta la estructura ni la apariencia de la madera, sí hace penetrar en sus poros, adsorbiendo y vincular el lindano y el PCP.
«Las ciclodextrinas son cadenas de moléculas de dextrosa en forma de anillo que se obtienen enzimáticamente a partir del almidón», explica el científico principal, el Dr. Andrea Burdack-Freitag. «Las estructuras anulares de las cadenas de azúcar encierran el lindano y el PCP en una cavidad, encapsulándolos por completo».
Burdack-Freitag nos dice que en los casos en los que los conservantes originalmente solo se aplicaron a la superficie de la madera, el gel se puede lavar y desechar de forma segura una vez que los haya absorbido. En los casos en que los conservantes se impregnaron a presión profundamente en la madera, se deja que el gel se seque y permanezca en su lugar, recubriendo permanentemente los productos químicos.
Dicho esto, si hay grandes cantidades de conservantes en la madera, el gel puede saturarse con ellos. Por lo tanto, para neutralizar los vapores de cualquier exceso de lindano y PCP que no pueda ser absorbido, se cuelga un «dispositivo de plasma» del techo de la habitación.
«Los electrodos de la carcasa generan un gas de plasma a través del cual se aspira el flujo de aire que contiene las impurezas», afirma Burdack-Freitag. «El gas plasma degrada químicamente el lindano y el PCP. Además, los filtros de carbón activo evitan que los productos de degradación gaseosos se escapen del dispositivo».
La tecnología CycloPlasma se está probando actualmente en el ático de un molino histórico que forma parte del museo Freilichtmuseum Glentleiten de Alemania.
Fuente: Fraunhofer