El interior intensamente caliente de los planetas no es un lugar donde uno esperaría encontrar nieve, pero los científicos sospechan que «nieve de hierro”Cae sobre el núcleo de la Tierra. Ahora, un nuevo estudio ha modelado la dinámica en el laboratorio y ha descubierto que la nieve de hierro podría hacer que los campos magnéticos se enciendan y apaguen en algunos planetas.
Con miles de kilómetros de roca entre nosotros y el núcleo, es difícil tener una idea real de lo que sucede allí abajo. Para tener una idea, los científicos estudian cómo las ondas sísmicas se mueven a través de diferentes capas, y los cambios en su velocidad revelan pistas sobre de qué están hechas las diferentes secciones.
Estos estudios resaltaron algunas anomalías en torno a la interfaz entre el núcleo externo e interno. En 2019, un equipo de científicos propuso una explicación para estas extrañas observaciones: el hierro puede cristalizar cerca del límite del manto y luego depositarse como nieve en el núcleo interno.
En un nuevo estudio, científicos de Francia crearon un experimento de laboratorio que imitaba la física de la formación y el flujo de nieve de hierro, para ver qué podría estar sucediendo dentro de los planetas. Irónicamente, el experimento sustituyó la nieve de hierro por la habitual, utilizando un tanque de agua enfriado desde abajo, con una capa de agua salada en el fondo para evitar que los cristales de hielo se pegaran.
El equipo descubrió que a medida que las capas inferiores de agua se enfriaban, se formaban cristales de hielo que luego flotaban hacia arriba, antes de derretirse cuando alcanzaban las aguas más cálidas en la sección superior del tanque. Las corrientes que provocó este proceso finalmente calentaron las capas inferiores e impidieron por un tiempo que se formaran nuevos cristales de hielo. Eso ralentizó las corrientes, permitiendo que el agua del fondo se enfriara, y pronto se formaron nuevos cristales, comenzando el proceso de nuevo. El ciclo completo duró unos 23,3 minutos.
El equipo dijo que podría estar ocurriendo un ciclo similar en el interior de los planetas, aunque a una escala mucho mayor. Eso agitaría los flujos de fluidos internos en el hierro fundido y tendría un efecto secundario intrigante: la fuerza del campo magnético del planeta fluctuaría tanto que aparecería y desaparecería a intervalos periódicos.
Evidentemente, este no es el caso de la Tierra, que tiene un campo magnético fuerte, pero podría ser el caso de cuerpos con campos magnéticos más débiles, como Mercurio o Ganímedes, la luna de Júpiter. Quedan más preguntas por responder, pero de todos modos es una idea intrigante.
La investigación fue publicada en la revista. Cartas de investigación geofísica.
Fuente: Unión Geofísica Americana