En breve: Los estafadores de criptomonedas existen desde hace muchos años, pero Google dice que ahora está haciendo algo que nunca antes había hecho: convertirse en la primera empresa de tecnología en demandar a algunos presuntos estafadores. La demanda afirma que dos desarrolladores de aplicaciones con sede en China y Hong Kong defraudaron a más de 100.000 personas con sumas que oscilaban entre 100 dólares y decenas de miles de dólares.
Los desarrolladores y sus asociados están acusados de subir 87 aplicaciones fraudulentas de inversión y criptomonedas a Play Store. Los presuntos estafadores, Yunfeng Sun, también conocido como Alphonse Sun, y Hongnam Cheung, también conocido como Zhang Hongnim o Stanford Fischer, atraían a las víctimas mediante una forma de estafa romántica que implicaba el envío de mensajes de texto a objetivos en Estados Unidos y Canadá. También utilizaron videos promocionales publicados en YouTube y marketing de afiliados en los que a las personas se les pagaba una comisión por registrar a otros.
La denuncia de Google señala que los mensajes de spam incluían las líneas habituales, como «Soy Sophia, ¿te acuerdas de mí?». o «Te extraño todo el tiempo, ¿cómo están tus padres Mike?» A cualquiera que respondiera se le pediría que trasladara las conversaciones a otra plataforma, normalmente WhatsApp, donde se le animaría a descargar una de las aplicaciones falsas y depositar dinero. También se convenció a algunos para que se convirtieran en afiliados que promocionarían las aplicaciones.
Los desarrolladores hicieron que las aplicaciones parecieran convincentes mostrando a los usuarios sus saldos y ganancias de las inversiones, pero no podían retirar su dinero. Para que las aplicaciones parecieran legítimas, en ocasiones los usuarios podían retirar pequeñas cantidades de dinero. A veces tenían que pagar una tarifa para realizar un retiro o les decían que debían alcanzar un umbral de saldo mínimo.
Una de las aplicaciones, TionRT, parecía legítima debido a los comunicados de prensa sobre la aplicación que se publicaron en sitios web de servicios de noticias, según la demanda. Las víctimas que se quejaron a los mensajes de texto que los contactaron por no poder retirar sus fondos fueron ignoradas.
Google dijo que cada vez que retiraba una de las aplicaciones de la tienda Google Play, los estafadores subían otras nuevas utilizando «distintas infraestructuras de redes informáticas y cuentas para ofuscar sus identidades, y haciendo tergiversaciones materiales a Google en el proceso».
Google afirma que los desarrolladores violaron sus términos de servicio y violaron la Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Racketeers. La compañía dice que los gastos relacionados con la investigación de las aplicaciones, así como el gasto en recursos de seguridad e integridad, superaron los 75.000 dólares. Solicita al tribunal una orden judicial permanente contra los acusados y una cantidad no especificada por daños y perjuicios. Google añadió que quiere que la demanda sirva como precedente para disuadir a futuros malos actores.