Las ciudades inteligentes representan una gran oportunidad de cambio. Desde mejorar la infraestructura obsoleta hasta hacer nuestra sociedad más sostenible, las posibilidades son casi infinitas. Es probable que los posibles ahorros de costos derivados de la implementación de ciudades inteligentes también tengan un enorme impacto positivo, y se prevé que las cifras alcancen los 249 mil millones de dólares a nivel mundial para 2028, frente a los 96 mil millones de dólares en 2023. Cuando se trata del desarrollo de estas ciudades inteligentes, datos juega un papel crítico. Los datos permiten que una ciudad inteligente optimice los recursos, mejore la calidad de vida de sus habitantes y cree un desarrollo económico sostenible. Todos estos datos deben procesarse y analizarse, a menudo en tiempo real, y aquí es donde inteligencia artificial (AI) entra.
A pesar de todas las promesas AI y las ciudades inteligentes pueden traer, hay dudas entre las empresas y las personas que viven en estas ciudades a la hora de adoptar dichas tecnologías debido al potencial de fuga de datos o envenenamiento. Para abordar esto, quienes construyen ciudades inteligentes deben trabajar con seguridad expertos para garantizar que se incorporen desde el principio defensas de seguridad herméticas en los cimientos; sólo entonces las ciudades inteligentes alcanzarán su máximo potencial.
Responsable de Producto en Canonical.
Creando calles más inteligentes y seguras
Los ciudadanos de todo el mundo ya están sintiendo los beneficios de las ciudades inteligentes. En Dublín, un sistema de inteligencia artificial monitorea las emisiones de CO2, el clima y los niveles de ruido, lo que significa un aire más limpio en las calles de la ciudad, ofreciendo a los planificadores datos que pueden utilizar para planificar nuevas escuelas y hogares. En otros lugares, en Finlandia, la tecnología de las ciudades inteligentes está ayudando a Helsinki a reducir las emisiones de carbono asociadas con la calefacción de los hogares, con el objetivo de convertirse en carbono neutral para 2030.
La tecnología de las ciudades inteligentes no sólo mejora la vida cotidiana: ayuda a remodelar el futuro de las ciudades, garantizando que se puedan planificar nuevos desarrollos en torno a cómo vive realmente la gente. Los urbanistas se basan en datos analítica y la IA derivada de muchas fuentes, lo que permite a las autoridades de la ciudad atender mejor las necesidades reales de sus ciudadanos.
A medida que la tecnología evolucione, los sistemas de IA serán cada vez más centrales. Las ciudades inteligentes se convertirán en «ciudades cognitivas», donde los sistemas de inteligencia artificial detectan problemas y luego actúan, sin necesidad de que haya un ser humano al tanto. Hay mucho potencial para la tecnología, pero necesita una implementación rápida y cualquier problema que se identifique y solucione desde el principio. Fuente abierta Los enfoques serán clave, ya que ayudarán a acelerar el desarrollo de productos, fomentarán la experimentación y permitirán rectificar los problemas antes de que se conviertan en problemas.
Poner la seguridad en el centro de las ciudades mejoradas con IA
Los consumidores son cada vez más cautelosos respecto de cómo se capturan y utilizan sus datos para entrenar los modelos de IA que sustentan las ciudades inteligentes, y si sus privacidad Está en riesgo. Una vez que un modelo de IA ingiere y se entrena en un conjunto de datos, no hay forma de recuperar los datos. También existe el riesgo de que se pueda vender a terceros, lo que significa que se puede rastrear a los ciudadanos sin que se den cuenta. Para garantizar la privacidad de los datos y el uso ético de los modelos de IA, es necesaria una regulación efectiva. Si bien todavía no existen marcos establecidos para esto, varios países han comenzado a desarrollar directrices, como el enfoque pro-innovación del Reino Unido. Por último, las organizaciones pueden utilizar entornos seguros para desarrollar los modelos, con capacidades innovadoras como informática confidencial, confinamiento estricto o tokenización de datos.
Cuando se trata de la seguridad de las ciudades inteligentes, existen complejos obstáculos que superar. Una ciudad inteligente reúne una variedad de fuentes de datos y dispositivos interconectados, lo que crea una superficie de ataque mucho mayor que los piratas informáticos pueden aprovechar. Por ejemplo, en el transporte, los vehículos autónomos, los semáforos inteligentes y los sensores en las carreteras recopilan datos que se introducen en el mismo sistema conectado. red. Una infracción podría permitir que un pirata informático provoque atascos, manipule señales e incluso obtenga acceso a datos personales.
El Departamento de Cultura, Medios y Deportes (DCMS) ya ha elaborado un Código de prácticas para productos de IoT generados por el consumidor. Las directrices garantizan que cualquier empresa que diseñe productos y puntos finales de IoT construya unos que ofrezcan seguridad desde el diseño. Si bien es un buen punto de partida, las organizaciones que encabezan estos proyectos de ciudades inteligentes deben hacer más para adelantarse a las amenazas a la seguridad, especialmente al integrar nueva tecnología con infraestructura heredada.
El principio de privilegio mínimo, según el cual a cada entidad de una red se le otorga la autorización mínima del sistema y los recursos necesarios para realizar su función, es crucial. A esto se le debe seguir la implementación de medidas estrictas, como la autenticación multifactor (MFA) para cuentas y dispositivos tanto locales como remotos. MFA ayuda a reforzar la seguridad del marco subyacente que facilita la entrada a redes y sistemas, especialmente cuando se accede a datos altamente confidenciales. La incorporación de los principios del diseño de red de confianza cero también ayudará a establecer un mayor nivel de seguridad de la red y una mayor visibilidad de las operaciones de la red. Este enfoque exige autenticación y autorización para cada nueva conexión, empleando una estrategia de defensa de múltiples capas. Finalmente, el uso de IA para actualizar automáticamente las redes de IoT garantizará que cada dispositivo pueda monitorear su propio estado e instalar parches de seguridad o software nuevo de desarrolladores autorizados y confiables.
Asegurar las ciudades del mañana impulsadas por la IA
El surgimiento de ciudades inteligentes promete un futuro urbano más conectado y eficiente. Sin embargo, esta visión debe basarse en la seguridad y la confianza. A medida que las ciudades añaden sensores y servicios basados en datos, también aumentan la superficie de ataque para amenazas cibernéticas y violaciones de la privacidad. Los planificadores urbanos deberían adoptar una mentalidad que priorice la seguridad y la privacidad priorizando la seguridad cibernética y la privacidad de los datos desde el principio, permitiendo que las ciudades inteligentes se conviertan en entornos urbanos verdaderamente inteligentes que mejoren vidas.
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