En el caso del anterior RX-3 de Mazda, la abreviatura era una referencia al estatus del vehículo como el tercer experimento rotativo de la compañía. Como tal, tendría mucho sentido que el RX-7, que apareció cinco años después, fuera Rotary eXperiment/eXperimental 7.
Sin embargo, ambas definiciones dejan claro que el vehículo recibe su nombre en parte por su rasgo más innovador y característico: su motor rotativo. El RX-7, de hecho, fue el vehículo rotativo más popular jamás fabricado. Su inusual sistema de propulsión tenía mucha potencia y se mejoró aún más con la introducción de nuevos modelos de la familia RX-7. La segunda generación del RX-7, que llegó en 1985, estaba disponible en un modelo Turbo II capaz de alcanzar 143 mph y 182 hp.
A veces, los «experimentos» de los fabricantes serán intencionalmente extravagantes, únicos por el hecho de ser únicos y no prácticos. Sin embargo, no se puede negar que Mazda logró algo muy especial con su concepto de motor Wankel. La compañía no ha producido un vehículo rotativo desde el formidable RX-8, que dejó de producirse en 2012 después de casi una década. Es posible que todavía exista potencial para que otro vehículo de este tipo deje su propia huella en el mundo del automóvil en el futuro.