Si has decidido probar el modo ecológico de tu coche, quizás te preguntes cuándo deberías utilizarlo. Dado que su vehículo funcionará con potencia reducida en modo ecológico, funciona mejor cuando no necesita acelerar rápidamente, como en calles suburbanas congestionadas o tráfico lento. El modo Eco destaca en la conducción urbana, donde el tráfico con paradas y arranques es común. Dado que el modo ecológico reduce la respuesta del acelerador y cambia de marcha a RPM más bajas, puede ayudarle a ahorrar combustible en áreas urbanas donde la transmisión a menudo tiene que funcionar sin parar.
También es posible que desees considerar el uso del modo ecológico cuando realices un viaje largo en el que conduzcas a velocidades moderadas (entre 30 y 60 mph), como conducir en carretera con control de crucero. En estas situaciones, el modo ecológico puede mejorar la eficiencia del combustible al mantener el motor funcionando a RPM más bajas, lo que ahorra combustible en largas distancias.
También hay ocasiones en las que querrás evitar poner tu coche en modo ecológico porque puede hacer más daño que bien. El modo Eco no es la mejor opción para conducir a alta velocidad en autopistas, donde es posible que necesite acelerar rápidamente para adelantar a un automóvil o incorporarse al tráfico. La potencia reducida puede perjudicar el rendimiento de su vehículo en estas situaciones. Tampoco querrás utilizar el modo ecológico si vas a remolcar o subir pendientes pronunciadas porque el par y la potencia reducidos podrían no proporcionar el rendimiento necesario para manejar estas condiciones de forma segura.