Lo más importante que nos dijo el cofundador de White Knight Labs y experto en ciberseguridad, Greg Hatcher, fue que ningún usuario de drones está a salvo de que su equipo sea pirateado. Los drones no sólo tienen debilidades que pueden ser explotadas por actores maliciosos, sino que el hacker ni siquiera necesita acceso físico al dispositivo. «El pirateo con drones es una amenaza real que todos los usuarios de drones deberían considerar», afirma Hatcher. «Los drones pueden ser pirateados de forma remota, y los piratas informáticos toman el control del dron sin necesidad de acceso físico. Lo hacen interceptando la señal entre el operador y el dron».
Hatcher se refiere a un hack en el que los atacantes utilizan un analizador de radiofrecuencia para imitar la señal proveniente del controlador real del dron, secuestrándolo. Lo más desconcertante de estos ataques es que pueden llevarse a cabo desde una distancia de hasta una milla, según Kaspersky. Otro truco común que se puede llevar a cabo de forma remota es la suplantación de GPS, un esquema en el que un avión sin tripulación recibe coordenadas GPS falsas, lo que hace que se desvíe de su rumbo. Usando cualquiera de las técnicas, un hacker podría volar su dron a su ubicación para robarlo o usarlo para causar caos al estrellar el avión contra automóviles, edificios u otros drones.
Por último, es posible que los atacantes no se molesten en tomar el control del dron. En cambio, podrían estar más interesados en interceptar la señal de vídeo de su cámara adjunta en un dron de fotografía o información de otros sensores. En ese caso, seguirás teniendo tu dron, pero es posible que los atacantes te estén espiando sin que lo sepas.