Por ejemplo, el último motor de inteligencia artificial de MSI reconoce las actividades de su computadora portátil y ajusta automáticamente el perfil de la batería, la velocidad del ventilador y la configuración de la pantalla para adaptarse a su tarea. Cuando juegas, aumenta el rendimiento al máximo; cambie a trabajar en documentos de Word y todo volverá a marcar.
IA en movimiento
La tendencia local de la IA no se limita a las PC. Por ejemplo, los teléfonos inteligentes Pixel 8 y Pixel 8 Pro de Google están equipados con el chip Tensor G3, que según Google prepara el escenario para la IA generativa en el dispositivo. Esta tecnología ya admite funcionalidades impulsadas por IA, como el resumen de audio en la aplicación Grabadora y la generación de respuestas inteligentes en el teclado Gboard. Sin embargo, a pesar de estos avances, dicho hardware actualmente no es capaz de ejecutar modelos de IA extensos como Bard AI, Copilot o ChatGPT de Google localmente. En cambio, estos dispositivos ejecutan modelos más compactos.
Un beneficio del procesamiento local de IA es que podría mejorar la ciberseguridad. El consultor de ciberseguridad John Bambenek señaló que un riesgo importante que enfrentan las empresas al integrar la IA en tareas de propiedad intelectual es la gestión del flujo y el acceso a los datos.
«Hemos visto suficientes violaciones de servicios en la nube por parte de terceros como para saber que incluso con promesas, los datos se pueden perder», añadió. «Si las organizaciones pueden implementar Copilot AI de Microsoft localmente, los CISO aún sentirán que tienen el control de sus datos y esto eliminará lo que probablemente sea la barrera más grande para la adopción que existe».