Una de las innovaciones más importantes que aporta el B-21 es el despliegue de tecnología digital. Si bien los bombarderos más antiguos de la Fuerza Aérea de EE. UU. han sido actualizados y modernizados muchas veces, algunas plataformas tienen décadas de antigüedad y un reemplazo completo ayudará a modernizar la flota del servicio.
El B-21 puede volar tripulado o controlarse de forma remota, lo que lo convierte en el primer bombardero estratégico intercontinental capaz de transportar bombas nucleares sin piloto. El B-21 también tiene muchas de las mismas capacidades operativas remotas que el MQ-1 Predator y otros vehículos aéreos no tripulados. Por supuesto, un piloto calificado aún necesitará volar el avión, pero puede hacerlo desde la comodidad de su instalación doméstica en los Estados Unidos o en una base de operaciones avanzada establecida en otro lugar. Esto marca un importante impulso en las operaciones de vuelos estratégicos semiautónomos.
La tecnología furtiva también ha avanzado mucho desde que la Fuerza Aérea equipó por primera vez al F-117 Nighthawk en 1983. Desde entonces, se ha vuelto más avanzada y significativamente más barata. La tecnología furtiva del B-21, junto con su capacidad para operar como bombardero estratégico y avión de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), significa que podrá brindar el máximo apoyo en innumerables operaciones.