Por qué es importante: Los barcos robóticos y controlados a distancia pueden cumplir muchas funciones, desde investigaciones previas a la instalación de una red mundial de cables submarinos hasta estudios del lecho marino para operadores de parques eólicos marinos. Sin embargo, el cronograma para los barcos totalmente autónomos sigue sin estar claro, ya que los ingenieros continúan enfrentando desafíos como el mal tiempo o las interacciones con otro tráfico.
Un día pronto, frente a la vasta costa de Australia, barcos hechos a medida surcarán las aguas, recopilando datos del fondo marino para el gobierno. Un centro de operaciones en la isla australiana de Tasmania recopilará y procesará los datos. La empresa de robótica marítima Ocean Infinity es la encargada de hacer realidad esta visión.
Con sede en Austin, Texas, y Southampton, Reino Unido, Ocean Infinity planea brindar servicios de hidrografía para el gobierno australiano de la manera más sostenible posible. La empresa se jacta que en un proyecto de datos reciente para el gobierno, sus naves robóticas recopilaron el 58% de los datos totales pero contribuyeron solo el 4% de las emisiones totales de CO2 del combustible.
Esos buques serán los primeros de la flota de la compañía de buques Armada de 36 m desarrollados para hidrografía a gran escala y trabajos similares. El centro de operaciones en Tasmania es parte del despliegue global de centros de datos de la compañía, algunos de los cuales ya están funcionando en el Reino Unido y Suecia. La compañía tiene otros planeados para Singapur y una ubicación asiática adicional no revelada. Los centros emplean equipos de marineros y especialistas en adquisición de datos que esencialmente operan los barcos robóticos y sus sistemas de carga útil.
Ocean Infinity emplea a más de 500 especialistas en tecnología y datos en todo el mundo. Este grupo incluye operadores de embarcaciones sin tripulación, pilotos de ROV, operadores de AUV, ingenieros en robótica, especialistas en carga útil, procesadores de datos, topógrafos, oceanógrafos e hidrógrafos. Proporciona servicios que van desde la adquisición de datos del fondo marino con bajas emisiones hasta servicios de muestreo geotécnico en diversas industrias, incluidas las telecomunicaciones, la energía y la investigación científica. Por ejemplo, Ocean Infinity tiene un barco ubicado frente a la costa de Noruega, posicionado para encuesta el fondo marino para los operadores de parques eólicos marinos y comprobar la infraestructura submarina para la industria del petróleo y el gas.
Los barcos de color verde lima miden unos 255 pies de largo pero solo requieren una plantilla de unas 16 personas para operar. Compare eso con los 40 o 50 necesarios para una embarcación convencional de tamaño y objetivos similares. El desarrollo de la empresa avanza rápidamente. Ocean Infinity cree que puede reducir aún más la cantidad de humanos necesarios en sus barcos a medida que continúa automatizando las operaciones con una amplia gama de cámaras, micrófonos, radares y comunicaciones por satélite de alta tecnología.
La columna vertebral de su operación global es su sistema de gestión de flotas. Este entorno digital integra los sistemas de control de plataformas individuales, la navegación y los datos para proporcionar una visión integral de las operaciones remotas en el mar, pero aún está por verse qué tan rápido los barcos remotos pueden revolucionar la industria del transporte marítimo.
Rudy Negenborn, que investiga el transporte marítimo autónomo en la Universidad Tecnológica de Delft, dijo a BBC News que los verdaderos «desafíos surgen cuando se interactúa con otro tráfico o con un puerto, o cuando hay situaciones imprevistas o de mal tiempo». Aun así, sigue convencido de que las naves robóticas son el camino del futuro.
«Al final, esto conducirá a un transporte por agua más seguro, más eficiente y más sostenible. Estoy seguro de eso», afirmó Negenborn.