El panorama general: Durante años, los investigadores han estudiado los factores psicológicos asociados con el fundamentalismo religioso, que implica una estricta adhesión a las creencias. De hecho, rasgos como el autoritarismo, la resistencia a la duda y la inflexibilidad cognitiva se han vinculado a las mentalidades fundamentalistas. Sin embargo, un nuevo y fascinante estudio revela que el daño cerebral puede aumentar la probabilidad de desarrollar una fe rígida e inquebrantable en Dios.
El estudiarpublicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, adoptó un enfoque innovador al examinar dos grupos de personas con lesiones cerebrales focales resultantes de lesiones o trastornos. Una cohorte consistió en 106 veteranos de Vietnam que sufrieron lesiones cerebrales traumáticas en combate hace décadas. La otra incluyó a 84 pacientes de la zona rural de Iowa que sufrieron accidentes cerebrovasculares, complicaciones quirúrgicas u otras lesiones cerebrales.
Ambos grupos se sometieron a exploraciones cerebrales exhaustivas mediante técnicas de diagnóstico por imagen avanzadas, como tomografía computarizada (TC) e imágenes por resonancia magnética (IRM). Luego se evaluó su nivel de fundamentalismo religioso en función de sus creencias sobre la exclusividad religiosa y la idea de que solo existe una religión verdadera.
(1/12) Nuestro estudio de la red cerebral del fundamentalismo religioso se publicó en PNAS. Identificamos redes cerebrales asociadas con el fundamentalismo religioso y encontramos una neuroanatomía compartida con lesiones vinculadas con la confabulación y la conducta criminal: https://t.co/VBdA8febRi imagen.twitter.com/P8J23uQMoF
– Michael Ferguson �*�ð§ (@neuromichael) 27 de agosto de 2024
Curiosamente, los patrones de daño cerebral fueron únicos entre los participantes propensos al fundamentalismo.
Las lesiones en los lóbulos frontal y parietal derechos, el cerebelo izquierdo y las zonas circundantes se asociaron a un aumento de las tendencias fundamentalistas religiosas. Por el contrario, los daños en otras regiones, como el área paracentral izquierda, se correlacionaron con una mayor flexibilidad en las creencias.
Las regiones afectadas parecen ser parte de una red cerebral compleja que supervisa el razonamiento, la formación de creencias y la toma de decisiones morales. El daño a estas redes puede dificultar que las personas piensen críticamente sobre su fe o estén abiertas a perspectivas alternativas.
También se observó una superposición entre las áreas del cerebro asociadas con el fundamentalismo y aquellas vinculadas con el comportamiento criminal, lo que sugiere conexiones potenciales entre creencias extremas y hostilidad hacia otros grupos.
Por supuesto, tener lesiones cerebrales en esta red no necesariamente condena a alguien al fundamentalismo rígido, ni una fe fuerte implica automáticamente un deterioro neurológico. El estudio simplemente revela una base biológica plausible para la forma en que las personas procesan, justifican y se aferran a ciertos sistemas de creencias.
Los autores del estudio recomiendan que las futuras investigaciones exploren a individuos de una gama más amplia de religiones y etnias, ya que la muestra actual se centró principalmente en el cristianismo. Además, dado que los veteranos de Vietnam son predominantemente hombres, las mujeres pueden estar subrepresentadas en este estudio.