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Todos hemos soñado alguna vez con encontrar una pepita de oro gigante y que no vuelva a funcionar, pero ¿cómo se forman exactamente? Un nuevo experimento ha descubierto que los terremotos y la electricidad podrían ser ingredientes clave.
El oro no se forma aquí en la Tierra; se cree que se forja en supernovas y colisiones entre estrellas de neutronesEstos cataclismos lo dispersan por el cosmos, de modo que el material brillante aparece en los discos de polvo a partir de los cuales se forman los planetas. Por ello, en la Tierra hay trazas de oro desde hace miles de millones de años. El elemento pesado se hunde profundamente en el planeta, pero la actividad sísmica puede empujarlo hacia la superficie, mientras que asteroide Las huelgas pueden producir más resultados.
La mayor parte del tiempo, el oro se presenta en forma de pequeñas láminas, pero en raras ocasiones puede formar pepitas más grandes que pesan hasta unas pocas docenas de kilogramos. Cómo se aglutinan exactamente para formar estas pepitas sigue siendo un misterio.
“La explicación estándar es que el oro se precipita a partir de fluidos calientes ricos en agua a medida que fluyen a través de grietas en la corteza terrestre”, dijo el Dr. Chris Voisey, autor principal del estudio. “A medida que estos fluidos se enfrían o sufren cambios químicos, el oro se separa y queda atrapado en vetas de cuarzo. Si bien esta teoría es ampliamente aceptada, no explica por completo la formación de grandes pepitas de oro, especialmente considerando que la concentración de oro en estos fluidos es extremadamente baja”.
Para el nuevo estudio, los investigadores de la Universidad de Monash investigaron un nuevo sospechoso que tal vez no se esperaba: la electricidad. El cuarzo es piezoeléctrico, lo que significa que produce una carga eléctrica cuando se le aplica tensión mecánica, un fenómeno que se utiliza en cosas como relojes y encendedores. El equipo se preguntó si este efecto podría estar causando que el oro se aglomere en pepitas, y que la tensión mecánica provenga de los terremotos.
Para probar la idea, los investigadores sumergieron cristales de cuarzo en un fluido rico en oro y luego utilizaron un motor para simular el tipo de estrés que podría experimentar el mineral en caso de terremotos. Después, utilizaron un microscopio para comprobar el crecimiento del oro.

Dr. Chris Voisey
“Los resultados fueron sorprendentes”, afirmó el profesor Andy Tomkins, coautor del estudio. “El cuarzo sometido a estrés no solo depositó oro electroquímicamente sobre su superficie, sino que también formó y acumuló nanopartículas de oro. Sorprendentemente, el oro tenía tendencia a depositarse sobre los granos de oro existentes en lugar de formar otros nuevos”.
La clave parece ser que el cuarzo es un aislante, mientras que el oro es conocido por ser un gran conductor de electricidad. Cada una de estas pequeñas descargas piezoeléctricas extrae más oro disuelto de los fluidos circundantes para depositarlo en los granos que ya se encuentran allí.
“En esencia, el cuarzo actúa como una batería natural, con oro como electrodo, acumulando lentamente más oro con cada evento sísmico”, dijo el Dr. Voisey. “Nuestro descubrimiento proporciona una explicación plausible para la formación de grandes pepitas de oro en vetas de cuarzo”.
La investigación fue publicada en la revista Naturaleza Geociencia.
Fuente: Universidad de Monash a través de Scimex
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