Un equipo de investigadores europeos ha creado lo que ellos llaman el primer “tatuaje OLED” del mundo, algo que aparte de sonar increíblemente cool, podría servir para avisarnos visualmente de problemas médicos de salud.
Los tatuajes tienen diversos fines. Algunas personas los usan para demostrar su devoción por ciertas series o películas. Otros aprovechan para mostrar al mundo cuánto quieren a sus parejas. Pero también hay ocasiones en que se utilizan como herramienta médica. Los pacientes con cáncer que se someten a radioterapia se tatúan pequeños puntos que se utilizan como marcas de referencia para que las máquinas utilizadas durante los tratamientos actúen con mayor precisión, por ejemplo.
La idea de colocar puntos brillantes sobre la piel tampoco es nueva, ya que algún biohacker había probado ya a colocarse tecnologías como LEDs debajo de la piel, y los resultados tampoco tienen más uso práctico que dejarnos al resto estupefactos. Este nuevo enfoque sobre tatuajes emisores de luz es más fácil de aplicar, más práctico y además temporal, ya que no se necesita de cirugía para quitarlo.
En un artículo publicado recientemente en la revista Advanced Electronic Materials, científicos del University College de Reino Unido y del Instituto Italiano de Tecnología detallan cómo su nuevo enfoque de los tatuajes se basa en la misma tecnología orgánica de diodos emisores de luz que tienen dispositivos como los teléfonos con pantallas plegables. La flexibilidad de un panel OLED es capital, dado que la piel humana es tremendamente flexible y se va plegando y doblándose a medida que nos movemos.
Estos tatuajes están hechos de una delgadísima capa de polímero electroluminiscente que brilla cuando se le aplica una carga. Tienen solo 2,3 micrómetros de espesor que, según los investigadores, equivale aproximadamente a un tercio del diámetro de un glóbulo rojo. Después, la capa de polímero se coloca entre un par de electrodos y se coloca encima de una capa aislante, que se adhiere al tatuaje temporal de papel a través de un proceso de impresión que no resulta prohibitivamente caro. Los tatuajes se pueden aplicar fácilmente a las superficies utilizando el mismo proceso que se utiliza en las calcamonías diseñadas para niños, y se pueden lavar fácilmente con agua y jabón cuando ya no son necesarios.
Cuando se aplica corriente eléctrica, los tatuajes OLED brillan en color verde, pero eventualmente podrían producir cualquier color usando el mismo enfoque RGB que usan las pantallas OLED. Sin embargo, aunque los investigadores reconocen que existe la posibilidad de crear tatuajes que brillen, llevando esta forma de arte a una nueva dimensión, también le encuentran aun más potencial como herramienta médica. Cuando se combinan con otras tecnologías portátiles, los tatuajes emisores de luz pueden comenzar a parpadear cuando un atleta necesita rehidratarse, por ejemplo, o cambiar de color cuando los colocamos sobre alimentos, lo que puede proporcionar información útil como si ha pasado ya su fecha de caducidad o no.
No creas que podrás ir ya mismo a que te pongan uno de esos flamantes tatuajes brillantes. Hasta ahora, los investigadores solo los han aplicado con éxito a superficies como vidrio, botellas de plástico, papel e incluso naranjas, pero la piel humana plantea un desafío mayor dado que nosotros estamos moviéndonos continuamente. Los polímeros OLED también se pueden degradar rápidamente cuando quedan expuestos al aire, lo que requiere capas adicionales para encapsularlos y protegerlos adecuadamente, y existe un problema aún mayor para buscar sistemas que los doten de energía, como pequeñas baterías o supercondensadores, ya que hasta ahora en el laboratorio estaban conectados a una fuente de alimentación externa y dudo mucho que alguien quiera tener un cable de alimentación para sus tatuajes.