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“Para aquellos de aquellos que quieren que la noche de las elecciones se sientan aún más desquiciados, les recomiendo ampliamente elecciones.omg.lol”. Ese es el editor senior de WIRED, Andrew Couts. hablando de a sitio de servicio único con una cuadrícula de tres por tres de nueve YouTube incrustaciones, cada una de las cuales transmite la cobertura en vivo de un canal de noticias las 24 horas. Los nueve portales de Election.omg.lol sobre el futuro de Estados Unidos proporcionaron un flujo constante de mapas rojos y azules, cabezas parlantes e informes de personas en la calle. Fue nauseabundo“horrible y un poco útil” y “un sitio infernal”.
También era una de las cuatro pantallas que estaba mirando en el momento en que hice clic en ella.
Sí, la noche de las elecciones de 2024, como tantas otras, tenía CNN encendida, una computadora portátil abierta y un teléfono en la mano. Esto no es nuevo; Mucha gente ve la televisión con un segundo dispositivo cerca. Lo que quedó claro a medida que comenzaron a llegar los resultados fue cuánto espacio en cada una de esas pantallas se dedicó a una pantalla más pequeña y de uso específico.
CNN, por supuesto, tenía quirones llenos de titulares y teletipos que mostraban cuántos votos en el Colegio Electoral tenían Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris. También había cajas que anunciaban a todo volumen la cuenta atrás para saber cuándo cerrarían las próximas urnas. Mi iPhone contenía una puerta giratoria de TikTok, X e Instagram. (Me ahorré una pequeña porción de propiedad virtual al no encender el Resultados electorales de la isla dinámica (servicio que Apple presentó esta semana). Mi computadora portátil, una combinación de pestañas de Chrome abiertas a sitios de noticias y un Slack lleno de chats con compañeros de trabajo, que es como me atendieron esa publicación de Verge en primer lugar.
En realidad, ya nadie muestra imagen en imagen en las pantallas de sus televisores, pero los televisores se han complementado con tabletas, teléfonos inteligentes y computadoras portátiles. Casi todas las pantallas disponibles para nosotros ahora están llenas de otras pantallas, bifurcándose en el olvido.
Incluso en VRChat, donde mi colega Boone Ashworth pasó gran parte de su víspera electoralhabía gente mirando pantallas… incrustadas en las pantallas atadas a sus caras.
No quiero ser tan Andy Rooney al respecto, pero tal vez sea demasiado. No es que quiera volver a los días en los que solo veía una cosa en la televisión o leía un libro, sin otras cosas que me distrajeran, pero tal vez es hora de que comencemos a tratar el espacio en las pantallas como si tuviera un valor real. Esta columna se llama The Monitor porque trata sobre las cosas que miramos, independientemente del dispositivo, pero también trata sobre a qué prestamos atención, lo que observamos. Quizás reducir la cantidad de cosas a las que uno presta atención proporcione una manera de observar más.
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