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Por qué es importante: Los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional han logrado imprimir en 3D la primera pieza de metal en el espacio. El logro es crucial para permitir expediciones espaciales de larga duración en las que las misiones de reabastecimiento son difíciles o directamente imposibles.
La impresora, fruto de la colaboración entre la ESA y Airbus, fue… entregado a la ISS como parte de una misión de reabastecimiento a principios de 2024 y fue instalado por el astronauta Andreas Mogensen.
La primera de las cuatro muestras (todas más pequeñas que una lata de refresco y con un peso de menos de 250 gramos cada una) se completó en agosto. Cada impresión lleva de dos a cuatro semanas, ya que la impresora solo puede funcionar durante cuatro horas al día debido a las normas sobre el ruido a bordo de la ISS.
El objeto, junto con otros tres que se imprimirán en el futuro, será devuelto a la Tierra para realizar un análisis de calidad. Tres de los objetos serán estudiados por la Agencia Espacial Europea, mientras que el cuarto irá a la Universidad Técnica de Dinamarca. Los equipos realizarán análisis macro y micro de las piezas para comprender mejor en qué se diferencian los artículos impresos en el espacio en términos de calidad en comparación con los fabricados aquí en la Tierra. También analizarán las propiedades térmicas y otras métricas.
La autonomía será esencial para las misiones espaciales de larga distancia. A diferencia de la Estación Espacial Internacional, que orbita la Tierra a una distancia media de 400 kilómetros, las futuras misiones tripuladas a planetas o satélites distantes como la Luna situarán a los astronautas a millones de kilómetros de casa, fuera del alcance de las misiones de reabastecimiento. El Planeta Rojo, por ejemplo, está a unos 225 millones de kilómetros de la Tierra. Poder fabricar componentes metálicos como piezas de reparación o incluso herramientas nuevas a bordo será crucial para el éxito de estas misiones.
Cabe señalar que ya se han probado impresoras 3D basadas en plástico en la ISS. Es un recurso inestimable, pero las piezas que producen son limitadas en términos de aplicación. Poder fabricar piezas de metal de alta resistencia ampliará enormemente las capacidades de los astronautas.
Crédito de la imagen: ESA
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