Un robot hecho de Lego puede resolver el cubo de Rubik en tan solo 3,2 segundos. Yo llevo alrededor de 40 años con ese endiablado juguete en la mano y aún no he podido resolverlo. Cuando ya me había dado por vencido, este cubo inteligente por fin me ha enseñado a resolver uno.
Si alguna vez has visto una competición de velocidad en hacer el famoso rompecabezas probablemente te hayas preguntado cómo son capaces esos genios de echar un vistazo al cubo y saber qué movimientos tienen que hacer para resolverlo. A veces parece que simplemente giran furiosamente las caras al azar con la esperanza de que se resuelva solo, pero la realidad es que hay un método muy establecido de resolverlo, y o lo aprendes o puedes pasarte dándole vueltas al cubo sin éxito otros 40 años.
Hay formas de aprender este método (en Gizmodo explicamos una hace un tiempo). En la página web de Rubik también enseñan cómo hacerlo mediante una especie de curso que va proporcionando lecciones intermedias que enseñan a hacer dibujos en una cara concreta y después ir resolviendo las esquinas.
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El proceso de cómo resolver un cubo de Rubik está muy claro, pero aprenderlo es un reto en sí mismo. Aquí es donde entra precisamente el Cubo Conectado de Rubik, una versión inteligente del juguete que lleva años torturando nuestras neuronas.
El Rubik’s Connected Cube es una versión oficial del juguete original y comenzó su andadura en forma de campaña de Kickstarter. Salvo por tener unos bordes redondeados que permite manipular las caras a más velocidad, su apariencia es muy similar a la del cubo que conocemos. La única diferencia está en un conector propietario para la batería, y es que el Rubik’s Connected Cube integra una serie de sensores internos que detectan automáticamente qué movimientos estás haciendo y los remiten a una aplicación mediante Bluetooth. De hecho el cubo sabe en qué estado está incluso con la app cerrada.
Tengo unas pocas quejas iniciales sobre el Rubik’s Connected Cube. Su cargador es propietario, por lo que mejor no lo extravíes. Asimismo, por lo que cuesta Rubik ya podía haber cambiado las caras con pegatina por una solución algo más duradera. Con todo, son fallos menores que no empañan la alegría de haber aprendido a resolver un cubo de Rubik por mi mismo (tras una semana aprendiendo a hacerlo con el Connected Cube).
Si por lo que sea aspiras a ser un jugador profesional de Cubo de Rubik, el cubo conectado tiene algunas funciones interesantes como un cronómetro que se activa cuando empiezas a mover piezas y se para cuando dejas de moverlas. LA app también tiene retos de habilidad y hasta permite apuntarse a competiciones oficiales online. Si, como yo, eres un novato, solo la parte que te enseña a resolverlo ya hace que merezca la pena.
Esa parte consiste en una serie de lecciones interactivas que enseñan los procedimientos y estrategias para resolver el rompecabezas (consejo: Nunca muevas las secciones centrales). Las lecciones integran texto, animaciones 3D y vídeos demostrativos. Resulta que el método tiene hasta su propio códig0o de letras para los movimientos. F, por ejemplo, significa que gires la cara frontal. F’ que lo hagas en el sentido de las agujas del reloj, y F2 o F’2 que lo gires en el sentido correspondiente dos veces. ¿Sabías esto? Yo hasta hace una semana no.
Es cierto que puedes aprender a hacer el cubo simplemente siguiendo las instrucciones de la página web de Rubik, pero el Rubik’s Connected Cube es algo mucho más satisfactorio de usar. Solo por el hecho de que siga tus movimientos y te avise de cuándo has hecho un paso mal ya merece la pena. Es como tener a un maestro mirándote mientras aprendes todo el rato y elimina mucha frustración derivada precisamente de haber hecho un movimiento mal que ya ni recuerdas.
Completar todo el aprendizaje básico lleva una hora, pero probablemente quieras hacerlo varias veces para memorizar el proceso. Después de una semana de práctica diligente irás desarrollando la memoria muscular necesaria para ir resolviendo el cubo y las competiciones al menos ya no te parecerán cosa de magia. No tengo ninguna intención de ir a por el récord mundial, pero al menos ahora estoy bastante seguro de poder resolver un cubo sin ayuda.
Si las lecciones te frustran o has llegado a un punto en el que no sabes cómo seguir, el Rubik’s Connected Cube tiene otra función fantástica, que es autoresolverse. Para ello basta con que sigas los pasos que te va dando para dejar el cubo en su estado inicial. Además es una buena manera de aprender también.
No hay manera de disfrazar el hecho de que estamos hablando de una versión de un juguete de 10 dólares que cuesta 60. Es un poco ridículo y estoy seguro de que en Internet tiene que haber tutoriales a porrillo para enseñarte a hacer el cubo, pero lo que al menos puedo garantizar es que el Rubik’s Connected Cube cumple su propósito, que es enseñarte a resolver el rompecabezas.