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Por primera vez en el mundo, se puso en marcha un ferry eléctrico autónomo operación comercial en Estocolmo el año pasado, transportando hasta 25 pasajeros entre islas de la región. Ahora el barco ha sido operado de forma remota desde una distancia de 600 kilómetros.
El ferry fue construido por la empresa noruega Brødrene Aa para la compañía naviera Torghatten AS y más tarde recibió el nombre de MF Estelle. El catamarán eléctrico de 12 m de largo (39 pies) es capaz de transportar hasta 25 pasajeros y está equipado con cuatro propulsores y una batería de 188 kWh para hasta 15 horas de operación diaria a una velocidad de servicio de 6 nudos ( 7 mph).
Gracias a la tecnología de Zeabuz, una startup surgió de equipos del Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología En Trondheim, el buque es capaz de funcionar de forma autónoma. Hasta ahora ha habido un oficial de cubierta a bordo para garantizar la comodidad y seguridad de los pasajeros, y hacerse cargo si es necesario.
Pero la última prueba es, según el ingeniero autónomo de la compañía, Carl Petersson, «un gran paso hacia nuestra visión, donde podemos tener al capitán sentado en un centro de operaciones remoto en tierra, en lugar de en el propio barco».

Torghatten AS
El Centro de Operaciones Remota en Trondheim cuenta con una copia al carbón del sistema de puente del ferry y la interfaz del operador, con pantallas adicionales que muestran imágenes de cámaras en vivo para una vista de 360 grados alrededor del barco. Después de iniciar el cruce autónomo a 600 kilómetros de distancia, el MF Estelle fue monitorizado de forma remota mientras se dirigía desde la isla de Kungsholmen al distrito de Södermalm en Estocolmo.
Además del equipo remoto en Noruega, en la cabina también estaban los operadores clave para intervenir en caso necesario. Pero el viaje transcurrió sin problemas y los pasajeros comentaron que la demostración fue impresionante y fluida.
«Queríamos probar si el ferry podía cruzar Riddarfjärden hasta Söder Mälarstrand por sí solo, con sólo pulsar un botón a 600 kilómetros de distancia, en Noruega», afirmó Håkan Burden, investigador principal del socio del proyecto RISE. «El intento fue el primero de este tipo y demostró que era posible».
«La demostración marcó un hito importante hacia las operaciones remotas, que es crucial para ampliar y operar una flota marítima autónoma y permitir una gama más amplia de aplicaciones para la autonomía marítima», comentó Zeabuz en un publicación en LinkedIn.
Fuente: Zeabuz a través de Energía costa afuera
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