Ludwig Ahgren, uno de los streamers más conocidos en Twitch, ha emprendido el más impredecible de los desafíos: seguir en directo hasta que dejen de donarle dinero. Para su desgracia (?), el dinero no ha parado de llover.
El mecanismo de la #subathon es bastante simple: hay una cuenta atrás para el final del stream, pero cada vez que alguien se suscribe al canal, esta suma 10 segundos. Ludwig come, duerme y se ducha frente a sus seguidores. El domingo por la noche, cuando se fue a dormir por primera vez en directo, el reloj marcaba 18 horas restantes. Cuando despertó, volvía a estar en 27. Ahora mismo, tras 91 horas de directo ininterrumpido, la cuenta atrás marca 59 horas, lo que significa que, como mínimo, tendrá que streamear dos días y medio más.
Lo más probable es que Ludwig no pueda completar el desafío sin marcarse un límite. Cuanto más famosa se vuelve su hazaña (al momento de escribir estas líneas hay 57.000 personas viéndolo dormir), más gente entra a donar dinero; a veces, marcas que regalan cientos de suscripciones para publicitarse.
Esto no quiere decir que el streamer de 25 años se haya aburrido o lo esté pasando mal. Además de cocinar y dormir, charla con sus moderadores por Discord, comenta películas con sus seguidores, juega a juegos como Super Mario Sunshine y hace ejercicio en el garaje. “Por ahora es divertido”, dice.
Quizá el aspecto más llamativo de esta locura (al menos para los que no son fans de Ludwig) sea la enorme cantidad de dinero que está ganando con su hazaña. Un grupo de seguidores ha creado una hoja de cálculo que se actualiza automáticamente con los números. Tras 90 horas de directo, la cosa va así:
- Total generado de suscripciones, bits y media share: $229.563
- Total ingresado por Ludwig quitando la comisión de Twitch: $157.026
- Total ingresado por hora: $1725,56
- Total de suscriptores: 62.334
- Suscriptores nuevos: 31.334
- Horas dormidas en directo: 21
Parece que retransmitir tu vida 24/7 es un negocio provechoso, al menos para alguien que de por sí era conocidos. Aunque a esas sumas hay que restar aún los impuestos, y luego dividirlas por la mitad, ya que Ludwig ha prometido donar la mitad a organizaciones benéficas.
