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Uno de los trucos más mortales del cáncer es su capacidad para propagarse a otros órganos. Ahora se ha encontrado que un medicamento cardíaco existente reduce el riesgo de metástasis al disolver los grupos circulantes de células de cáncer de mama en pacientes.
La radiación y la quimioterapia son efectivas para combatir el cáncer, pero los tumores pueden «filtrar» las células al torrente sanguíneo, potencialmente sembrando tumores nuevos en otras partes del cuerpo. Esto puede conducir a una especie de juego de Whack-A Mole que reduce drásticamente las posibilidades de supervivencia de un paciente.
Encontrar formas de atacar estas células tumorales circulantes (CTC) podría evitar que los tumores nuevos se apoderen y mejorar los resultados de los pacientes. En 2019, los científicos de ETH Zurich probaron más de 2.400 sustancias contra CTC en culturas de laboratorio. Uno de los más prometedores fue un compuesto llamado digoxina, originalmente derivado de FoxGlove.
Ahora, el equipo lo ha probado en pacientes humanos con cáncer de mama metastásico. En un pequeño estudio clínico, nueve pacientes recibieron dosis bajas de digoxina durante una semana. Efectivamente, se encontró que el número de células por grupo circulante disminuye en un promedio de 2.2 células. Eso puede no parecer mucho, pero las poblaciones de clúster ya son bastante pequeñas, y el tamaño afecta directamente su capacidad para formar nuevos tumores.
«La metástasis del cáncer de mama depende de los grupos de CTC», dijo Nicola Aceto, investigadora principal del estudio. «Cuanto más grandes son, más exitosos son».
Parece que la digoxina funciona bloqueando las bombas de iones en las membranas de las células tumorales, lo que hace que las células absorban demasiado calcio. Esto a su vez hace que los grupos se desmoronen.
La técnica no sería suficiente para combatir el cáncer por sí solo. En cambio, puede emparejarse con radiación o quimioterapia que se dirige al tumor primario, mientras que la digoxina evita que la enfermedad se propague.
Aunque el estudio es pequeño, es un paso prometedor y el camino hacia el uso clínico podría ser más suave que muchos. Después de todo, la digoxina ya se usa para tratar afecciones cardíacas como la insuficiencia cardíaca y la fibrilación auricular, por lo que se conoce su perfil de seguridad. Otros estudios han demostrado que podría ayudar con pérdida de peso e inflamación.
En el futuro, los investigadores planean desarrollar otras versiones de la molécula de digoxina que podrían ser aún más efectivas y ampliar el estudio a otros tipos de cánceres que son propensos a la metástasis.
La investigación fue publicada en la revista Medicina de la naturaleza.
Fuente: ETH ZURICH
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