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Pavel Durov, CEO de Telegram, no era consciente cuando aterrizó en París el pasado sábado de que las autoridades francesas habían emitido una orden de arresto a su nombre. Así lo ha confirmado este jueves una fuente de la Fiscalía francesa a Reuters. Tampoco fueron avisados previamente el presidente francés, Emmanuel Macron, ni el Ministerio de Exteriores de Francia, lo que hace que la declaración de Macron —quien afirmaba que no había «motivaciones políticas» en la detención— gane enteros.
Su detención, sin dudas, ha puesto de relieve las conexiones internacionales de un hombre con al menos cuatro pasaportes y contactos de alto nivel, pero también ha despertado la atención de las agencias de seguridad de todo el mundo.
Cuatro nacionalidades
Nacido en 1984 bajo la URSS en el seno de una familia de académicos en Leningrado, hoy San Petersburgo, Durov pasó su infancia en Italia antes de que su familia regresara a Rusia cuando cayó la Unión Soviética. Dejó de vivir en Rusia hace una década, cuando creó Telegram, y adoptó la ciudadanía del archipiélago caribeño de San Cristóbal y Nieves mientras buscaba una base. En 2021 obtuvo la nacionalidad emiratí y ese mismo año, mediante un procedimiento especial que permanece en secreto, la nacionalidad francesa. En total, Durov acumula cuatro nacionalidades.
Durov dice que abandonó Rusia en 2014, acusando a los aliados del Kremlin de apoderarse de la propiedad de su primera red social, el Facebook en cirílico VKontakte, después de que se negara a entregar datos de usuarios implicados en las protestas de 2011-2012 en Rusia y luego en las manifestaciones de 2013-2014 en Ucrania. Desde entonces, muchos le consideraban entonces un disidente. En años posteriores, las autoridades rusas intentaron bloquear Telegram, pero sin éxito, y la aplicación se considera una herramienta clave para los militares en la invasión de Ucrania.
En una entrevista concedida en abril al entrevistador estadounidense Tucker Carlson, Durov afirmó que sólo personas con «un conocimiento muy limitado de la procedencia de Telegram» podían afirmar que era un instrumento del gobierno ruso. Pero Moscú no ha desautorizado en absoluto a Durov durante sus actuales problemas legales, y el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, advirtió a Francia de que no convirtiera el caso en una «persecución política».
Según el sitio de noticias ‘Vazhnye Istorii’, citando datos fronterizos filtrados, su salida de Rusia fue cualquier cosa menos un exilio abrupto y visitó el país más de 50 veces entre 2015 y 2021. Los medios de comunicación han señalado en repetidas ocasiones que el recibimiento de Durov cuando fue detenido a su llegada al aeropuerto parisino de Le Bourget el sábado contrastaba con sus visitas anteriores.
Varias reuniones con Macron
Además, el diario ‘Le Monde’ informó el miércoles de que Durov se había reunido en varias ocasiones con el presidente Emmanuel Macron antes de recibir la nacionalidad francesa en 2021, a través de un procedimiento especial reservado a quienes se considera que han hecho una contribución especial a Francia.
Una fuente cercana al caso, que pidió no ser nombrada, ha comentado este jueves a AFP que después de su detención, Durov pidió que se informara de su arresto al magnate francés de las telecomunicaciones Xavier Niel, presidente y fundador del operador de telefonía móvil Iliad y considerado cercano a Macron. Como curiosidad, Durov ha declarado que su nombre en el pasaporte francés está escrito como Paul du Rove, una traducción humorística del francés. Además, su canal personal de Telegram se llama «Canal Du Rove». Otra fuente cercana a la investigación afirmó que Durov había insistido en sus vínculos con el Jefe de Estado francés durante el interrogatorio.
Investigado desde marzo
Tanto Pavel Durov como su hermano mayor Nikolai, una figura de perfil más bajo considerado el cerebro matemático de Telegram, están en busca y captura por Francia desde marzo de este año.
Durov afirma que decidió instalar Telegram en Dubai tras comprobar que los EAU ofrecían un clima empresarial mucho mejor que el de las ciudades europeas, lo que permitía a la empresa contratar a los mejores profesionales, disfrutar de un régimen fiscal eficiente y de las infraestructuras de la ciudad. «Probamos en varios sitios. Primero fuimos a Berlín… Probamos Londres, Singapur. San Francisco. Lo que usted quiera… Hemos estado en todas partes», dijo Durov a Carlson.
«Los obstáculos burocráticos eran demasiado difíciles de superar», mientras que los EAU «resultaron ser un gran lugar», dijo, alabando al Estado como «un lugar neutral… no alineado geopolíticamente».
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