El último lanzamiento de DJI es una bestia muy diferente a las que el popular fabricante de drones nos tiene acostumbrados. Se llama DJI FPV y es un híbrido entre dron de carreras y dron doméstico para grabar vídeo. En ese sentido, y al menos sobre el papel combina lo mejor de ambos mundos.
Los drones de competición son un hobby complejo. Los entusiastas de este deporte de radiocontrol fabrican sus propios vehículos y a menudo los programan ellos mismos con la velocidad y la maniobrabilidad en mente. Al problema de la curva de aprendizaje necesaria para manejarlos (o simplemente para tener uno) se une el problema de que no son dispositivos diseñados con la seguridad en mente. En otras palabras, no están programados para ofrecer una experiencia de vuelo apta para novatos y es bastante posible que acabes estampando tu flamante creación contra una pared.
Lo que DJI ha tratado de hacer con este nuevo dron es recrear la experiencia de los drones de carreras, pero añadiendo al cóctel sus efectivas medidas de vuelo automatizado y seguridad anticolisión para que una persona sin muchos conocimientos en el vuelo deportivo pueda iniciarse y disfrutar del dispositivo sin temor a destrozarlo en el vuelo inaugural. Además, DJI ha empaquetado en el FPV toda su experiencia en cuanto a drones estacionarios de grabación de vídeo. De ahí lo de híbrido. Por una parte podemos usarlo como dron de carreras FPV , y por otra como dron estacionario o de grabación de vídeo. Para ello cuenta con tres modos. El normal es el que activa todas las medidas de seguridad y sistemas de asistencia en vuelo para evitar colisiones. El modo manual desactiva estas contramedidas y permite a los pilotos más experimentados volar con total libertad. Finalmente, el modo sport es una combinación de los dos anteriores.
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Al igual que los drones deportivos, el DJI FPV se controla mediante unas gafas de realidad virtual que permiten volar en primera persona viendo lo que el dron ve con sus cámaras. Las gafas DJI Goggles FPV V2 permiten ver el mundo a través de los ojos de nuestra máquina con una resolución de 1440×810 y una tasa de refresco de entre 50 y 120fps. El campo visual de la cámara alcanza los 150 grados. La única pega es que para poner al máximo todas estas cifras hay que sacrificar cierta latencia. Los pilotos experimentados probablemente prefiern bajar la tas de fotogramas a cambio de reaccionar mucho más rápido en el aire.
DJI ha añadido un interesante modo llamado Audiencia que permite compartir la señal con hasta ocho pares de gafas simultáneamente, lo que en esencia permite a otras 7 personas acompañar al piloto durante el vuelo y ver lo que él ve con el dron. Aparte del mando tradicional, DJI ofrece un nuevo mando que permite controlar el dron con los movimientos de una mano.
DJI asegura que el FPV puede reaccionar más agilmente que los drones de carreras en maniobras como el frenado, que es casi instantáneo. Su velocidad máxima en el aire es de 140kmh, y la aceleración de sus rotores le permite saltar de cero a 100kmh en solo dos segundos. El rango máximo de transmisión es de 10km. La cámara integrada del FPV también ofrece más calidad que las cámaras típicas de los drones deportivos. Puede grabar a 4K y 60FPS o en cámara lenta 4x a 1080p y 120fps. La propia cámara corrige las aberraciones tipo ojo de pez de la lente y la distorsión del obturador al grabar escenas en movimiento muy rápido.
DJI FPV: precio y disponibilidad
Por supuesto, ninguna de las tecnologías que hemos desgranado hasta ahora son baratas. El DJI FPV se vende en un paquete que incluye el dron, el mando, las gafas, todos los cables necesarios y una batería por 1.349 euros. Un paquete adicional llamado Fly More añade una batería de repuesto y un centro de carga por 279 euros más. El mando mediante movimientos se vende por separado y cuesta 149 euros. El dron está disponible desde hoy mismo 2 de marzo.
