El próximo año marcará un punto de inflexión cuando personas de todo el mundo finalmente reconozcan que su salud no es sólo física y mental, sino también social. La salud social se centra en las relaciones; es la dimensión de su salud y bienestar general que proviene de la conexión con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo y la comunidad.
El enfoque en la salud social se ha acelerado en los últimos años. En particular, la pandemia de Covid-19 llamó la atención sobre nuestra vida social y su declive. Según una encuesta de Meta-Gallup, 24 por ciento de las personas en todo el mundo se sienten solos. El Encuesta del Barómetro de pertenencia del Consejo Estadounidense de Inmigración también encontró que el 74 por ciento de los estadounidenses no se sienten conectados con su comunidad local.
Ese sentimiento se correlaciona con cambios de comportamiento: hoy en día, las personas pasan un promedio de 24 horas más solas y 20 horas menos con amigos cada mes en comparación con hace dos décadas; la participación en grupos comunitarios, la membresía en clubes locales y la pertenencia a organizaciones religiosas han disminuido; y el porcentaje de hogares unipersonales se ha más que duplicado desde 1960. Otra encuesta encontró que hay una sorprendente disminución en el número de amigos cercanos que tienen los adultos: en 1990, sólo el 3 por ciento de los estadounidenses no tenían amigos cercanos; hoy esa cifra es superior al 12 por ciento.
Esta crisis impulsó iniciativas como la de que el Cirujano General de los EE. UU. planteara la soledad como una prioridad de salud pública y la Organización Mundial de la Salud estableciera una comisión global centrada en la conexión humana.
Sin embargo, la mayoría de las personas todavía subestiman lo vitales que son las relaciones para su longevidad. De hecho, la salud social está vinculada a una 50 por ciento de aumento en la longevidad, lo que lo hace tan importante para nuestra vida como evitar fumar, combatir la obesidad y hacer ejercicio regularmente. Necesitamos urgentemente priorizar e invertir en salud social. Así es como.
Haga de la salud social una prioridad
Para estar físicamente sano, nutre su cuerpo intentando caminar 10.000 pasos al día o durmiendo ocho horas por noche, por ejemplo. Para estar mentalmente sano, puedes meditar a diario o ir a terapia semanalmente. Ser socialmente saludable requiere una intención y coherencia similares. Pruebe la pauta 5-3-1: intente interactuar con cinco personas diferentes cada semana, mantenga al menos tres relaciones cercanas y dedique una hora al día a conectarse, preferiblemente cara a cara. Así como cada uno de nosotros necesita consumir una cantidad diferente de calorías, estas cifras pueden ser mayores o menores que las que usted personalmente consume; Úselos como punto de partida para explorar cómo es la salud social para usted.
Empezar poco a poco
Acciones simples pueden marcar una diferencia significativa para su salud social. Por ejemplo, los estudios han demostrado que las personas tienden a subestimar cuánto se agradecerá enviar un mensaje amable por mensaje de texto o correo electrónico, e incluso las llamadas telefónicas breves unas cuantas veces a la semana pueden disminuir considerablemente los sentimientos de soledad. Así que primero intente conectarse: en lugar de desplazarse por los titulares mientras espera en la fila o poner un podcast mientras viaja, envíele una foto por mensaje de texto a un amigo o llame a un miembro de la familia para charlar. A diferencia de cuidar tu salud física y mental, cuidar tu salud social también beneficia directamente a las personas con las que te conectas.
Piensa en grande
Tras el auge de la industria de la salud mental, la próxima frontera de la salud en nuestra economía se centrará en la salud social. Los empresarios e inversores ya se están poniendo a cero, con innovaciones como gimnasios sociales, entrenadores de amistad y compañeros de IA cada vez más comunes. Pero no importa cuál sea su profesión, tiene oportunidades de forjar un futuro socialmente más saludable. Por ejemplo, los educadores pueden enseñar habilidades relacionales en el aula; los médicos pueden realizar pruebas de aislamiento durante las citas; los arquitectos pueden incorporar espacios de reunión en sus diseños; los funcionarios de la ciudad pueden apoyar a los constructores de comunidades locales; y los empleadores pueden crear culturas laborales conectadas.
Estire sus músculos sociales
Dependiendo de la etapa y las circunstancias particulares de su vida (como, por ejemplo, haberse mudado recientemente a una nueva ciudad y necesitar construir una comunidad en su nuevo hogar, o trabajar en un trabajo remoto y desear una mayor interacción cara a cara), es posible que deba esforzarse más. Tus músculos sociales para expandir tu red social. ¿Pero cómo? Las investigaciones muestran que las amistades surgen del contacto regular y de experiencias compartidas: que cuanto más tiempo pasas con alguien, más cercano te vuelves. Un estudio, por ejemplo, rastreó las redes sociales de los estudiantes durante un año y medio mientras hacían la transición de la escuela secundaria a la universidad, y descubrió que las nuevas amistades fracasaban a menos que mantuvieran una comunicación regular y realizaran actividades juntos. De manera similar, otro estudio reveló que, para un adulto que se ha mudado recientemente a una nueva ciudad, se necesitan un mínimo de 50 horas para convertir a un nuevo conocido en un amigo; cuanto más tiempo juntos, más estrecha se vuelve la amistad.
Profundizar las relaciones existentes
El estiramiento consiste en aumentar la cantidad de conexión en tu vida; Tonificar se trata de mejorar la calidad de la conexión. Hacerlo requiere curiosidad y vulnerabilidad. En un metaanálisis, los investigadores concluyeron que agradas más a las personas cuando confías en ellas y a ti te agradan más las personas en las que confías. Elija el contexto adecuado: la divulgación de información personal es percibida favorablemente por personas que ya conoce y por nuevos conocidos en conversaciones individuales, pero no necesariamente por extraños en entornos públicos. Busque profundidad sobre amplitud: compartir algo íntimo genera más agrado que compartir mucha información. Una encuesta realizada a más de 4.600 personas en EE. UU., India y Japón mostró que personas de todas las culturas encontraban que las interacciones eran más significativas cuando iban más allá de una pequeña charla para brindar valor a través de una conexión emocional, un intercambio de conocimientos o una ayuda práctica.