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¿Qué acaba de pasar? La saga de la neutralidad de la red efectivamente ha terminado luego de un fallo de un tribunal federal de apelaciones esta semana, a menos que el Congreso decida revisar el debate. Dado el clima político actual, eso parece improbable, y es poco probable que la administración Trump reavive la causa.
El esfuerzo de larga data de la Comisión Federal de Comunicaciones para establecer una supervisión más sólida de Internet recibió un duro golpe. golpe decisivo esta semana cuando el Tribunal de Apelaciones del Sexto Circuito dictaminó que la FCC carece de autoridad para regular los servicios inalámbricos y de banda ancha residencial bajo el mismo conjunto de reglas que tradicionalmente han regido el servicio telefónico.
La decisión del tribunal dependió del reciente fallo de la Corte Suprema que anuló la deferencia de Chevron, un precedente que anteriormente había otorgado a las agencias federales un margen de maniobra significativo para interpretar el lenguaje legal ambiguo. Este fallo redujo significativamente la capacidad de la FCC para implementar y hacer cumplir las regulaciones de neutralidad de la red.
La neutralidad de la red, un principio que aboga por la igualdad de trato para todo el tráfico de Internet, ha sido un tema polémico en la política estadounidense durante más de una década. El concepto tiene como objetivo evitar que los proveedores de servicios de Internet favorezcan ciertos sitios web o servicios sobre otros, una práctica que potencialmente podría sofocar la competencia y la innovación.
La administración Obama introdujo estrictas reglas de neutralidad de la red en 2015, que posteriormente fueron derogadas en 2017 bajo la administración Trump. En 2021, el presidente Biden firmó una orden ejecutiva pidiendo el restablecimiento de estas regulaciones. La FCC, bajo el liderazgo de la presidenta Jessica Rosenworcel, votó a favor de restaurar las reglas de neutralidad de la red en 2024.
La decisión del Tribunal del Sexto Circuito anula efectivamente la Orden de Salvaguardia de la FCC, que habría restablecido las regulaciones de neutralidad de la red. El tribunal declaró que los proveedores de servicios de Internet de banda ancha ofrecen sólo un «servicio de información» tal como se define en la ley estadounidense actual y, por lo tanto, la FCC carece de autoridad legal para imponer políticas de neutralidad de la red a través de la disposición sobre «servicios de telecomunicaciones» de la Ley de Comunicaciones.
Además, el tribunal dictaminó que la FCC no puede clasificar la banda ancha móvil como un «servicio móvil comercial», lo que habría permitido a la agencia imponer regulaciones de neutralidad de la red a esos servicios. El Sexto Circuito citó explícitamente la ausencia de deferencia de Chevron en su fallo, afirmando que ya no otorgan deferencia a la interpretación del estatuto por parte de la FCC.
En respuesta a la decisión del tribunal, Rosenworcel pidió al Congreso que consagre los principios de neutralidad de la red en la ley federal, un reconocimiento de que los esfuerzos regulatorios de la FCC han llegado a un punto muerto.
Por otro lado, el comisionado republicano de la FCC, Brendan Carr, quien se convertirá en presidente de la agencia a finales de este mes, elogió el fallo del tribunal. Carr criticó el enfoque de la administración Biden y afirmó que su plan se basaba en «persuadir a los estadounidenses de que Internet fallaría en ausencia de estas regulaciones de la llamada ‘neutralidad de la red'».
En cuanto al futuro de la neutralidad de la red, la pelota está ahora en el tejado del Congreso. Sin embargo, dado el panorama político actual y otros problemas apremiantes que enfrenta el gobierno, sigue siendo incierto si el Congreso aceptará este desafío. Con Carr listo para tomar el mando, también parece poco probable que la agencia adopte nuevas medidas regulatorias sobre la neutralidad de la red.
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